Este verano va a estar marcado por la presencia en nuestras aguas de la carabela portuguesa. Tras varios días sin noticias de ellas, este martes han sido avistadas en cantidad importante en aguas de Zarautz. Hacia el mediodía, los socorristas de la playa han lanzado por los altavoces un mensaje instando a los bañistas a salir del agua. Seguidamente, se ha izado la bandera roja y el baño ha quedado prohibido. Este martes, festivo y día grande de la Aste Nagusia de Zarautz, la playa presentaba un aspecto inmejorable con miles de personas aprovechando el buen tiempo.

Ya por la tarde, la situación se ha normalizado y los socorristas han izado la bandera amarilla, autorizándose el año otra vez. Esta es la segunda vez que la `presencia de carabelas portuguesas obligan a izar la bandera roja en Zarautz,. La otra ocasión fue a mediados de julio

La carabela portuguesa es conocida como la 'falsa medusa del Atlántico', aunque su nombre real es Physalia physalis. Tiene una vida muy particular, siempre en busca de aguas cálidas. Y este verano está poniendo en alerta a varias playas importantes del norte. En lo que va de temporada estival, se han producido multitud de avistamientos y también algunos casos de heridos por interacciones con medusas de este tipo. La mayoría de ellos se han producido en País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia.

Sin embargo, este verano hay otra especie que también está generando preocupación. Se trata del pez araña o pez escorpión, una criatura muy común en nuestras aguas, pero que puede llegar a causar graves problemas con sus picaduras, o mejor dicho, con sus pinchazos. Es un pez que está causando lesiones importantes en muchos bañistas este verano y que suele habitar en aguas frías como ejemplo el mar Cantábrico, el mar Mediterráneo y el este del océano Atlántico.

Los océanos, vastos e inexplorados, albergan una variedad de criaturas marinas que fascinan ya veces aterrorizan a los seres humanos. Dos de estos seres, el pez araña y la medusa carabela portuguesa, han adquirido una reputación temible en las aguas oceánicas. Aunque comparten similitudes en su aspecto y peligro potencial, cada uno posee características únicas que los distinguen.

Comparar la peligrosidad entre el pez araña y la medusa carabela portuguesa es una tarea compleja. Si bien ambos poseen venenos potentes y pueden causar molestias o incluso daño severo a los humanos, sus comportamientos y formas de interacción son distintos. El pez araña tiende a permanecer en el fondo marino y solo atacará si se siente amenazado o perturbado, mientras que la medusa carabela portuguesa flota en la superficie y puede entrar en contacto con bañistas y navegantes de manera accidental.

Aunque ambas especies compiten en peligrosidad, pero los que han tenido la desgracia de sufrir la picadura la picadura de la carabela portuguesa y la del pez araña suelen describir como más dolorosa y perdurable en el tiempo la del pez araña y más urticante la de la medusa carabela.  

Carabela portuguesa, una belleza flotante de largos tentáculos

La carabela portuguesa, también conocida como Physalia physalis, es una especie que tiene un modus operandi muy poco común. Son famosas por actuar en solitario. Sus viajes siempre tienen como destino las aguas cálidas por lo que pueden aparecer en casi cualquier lugar del planeta, sin embargo, este verano parecen haber cogido gusto por las playas del norte, donde los expertos han dado la voz de alerta para que los bañistas tomen las mayores precauciones posibles. La región que más afectada se ha visto ha sido Guipúzcoa. 

Se trata de una especie muy común, pero que está causando estragos por el desconocimiento que la población tiene sobre ella. A pesar de que son habituales de nuestras playas, lo cierto es que casi no conocemos nada de este bello y fiero ser. 

La carabela portuguesa, también llamada falsa medusa por el simple hecho de que no es una a pesar de su apariencia, se compone de un cúmulo de microorganismos que cooperan entre sí para sobrevivir. Se trata de un animal extremadamente venenoso, mortal para niños o adultos con salud precaria. 

La picadura de la carabela es de mayor gravedad y más dolorosa que las picaduras de las medusas que frecuentan nuestras costas. Aunque como las picaduras de medusas, dejan lesiones lineales en la piel con inflamación (enrojecimiento e hinchazón) y ampollas, éstas suelen ser más anchas y graves. 

Debido al potente efecto de su veneno y a sus largos “tentáculos”, suelen dejar zonas más amplias de lesiones, con una inflamación más intensa. En ocasiones, también se puede producir aceleración del pulso, náuseas, vómitos, sudoración, dolor de cabeza, infección de la herida y fiebre. Aunque su picadura es muy dolorosa, no suele ser una especie letal, salvo que la víctima tenga algunas características que la hagan vulnerable.

¿Cómo es la carabela portuguesa?

Es fácil distinguirla, pues tiene una protuberancia en su cabeza conocida como 'vela' que sobresale por encima de la superficie del agua. Aunque su aspecto puede parecerse al de una medusa , esta especie marina — Physalia physalis, por su nombre científico— es en realidad una colonia flotante de organismos que se asocian para sobrevivir y que suelen moverse a la deriva en aguas más templadas y mar adentro. 

Sobre la superficie marina, la carabela asoma unos 30 centímetros de cuerpo en forma de vela, como un flotador azul violáceo que navega a merced de vientos y corrientes. Bajo el agua, cobija sus tentáculos, que estirados pueden llegar a medir hasta 20 o incluso 50 metros de longitud, y que están repletos de células urticantes que, en contacto con la piel, provocan lesiones cutáneas. 

Con estas características resalta mucho y, por eso, el mejor consejo es alejarse rápidamente de ella cuando se la vea.

¿Qué debemos hacer ante una picadura de una medusa?

La preocupación de las autoridades con la presencia de esta colonia animal está asociada a la complejidad de su picadura. La carabela tiene los tentáculos muy largos y espantosos y el volumen de células urticantes en esa superficie es más elevada. El número de células urticantes por superficie del tentáculo es 10 veces mayor que el de una medusa. Por eso la virulencia es muy alta. Es como si, en vez de quemarte la piel un cigarrillo, te la quemase una docena a la vez. El veneno actúa como abrasando la piel y te hace una necrosis. 

Cuánto más se tarde en actuar, el veneno más irá haciendo su efecto. Los tentáculos te flagelan la piel y aparecen como un latigazo donde se depositan las sustancias urticantes y provocan como una especie de dibujos en la piel.

Lo primero que hay que hacer, aunque suene básico, es no perderle nunca el respeto a las medusas, sean carabelas portuguesas o de cualquier otra especie. Lo más probable es que a simple vista no detectemos de qué tipo de medusa se trate, por lo que lo mejor es huir y avisar a las autoridades playeras del avistamiento. 

Si ya es demasiado tarde y hemos sido picados, habría que derribar algunos mitos, el primero es que la orina es buena para este tipo de picaduras. Este es un consejo que se ha extendido y que los expertos no paran de advertir de que es erróneo.

En caso de sufrir una picadura, lo primero sería retirar los restos de los tentáculos con un material de plástico. Es muy frecuente que después del contacto con nuestra piel se queden algunas partes de la medusa adheridas.

Después, lo mejor sería acudir rápidamente al mar para limpiar la picadura con agua salada, nunca dulce, para que se reduzca el picor. Las células urticantes se disparan, tienen como un dardo dentro y, cuando se contacta con ellas, disparan esa especie de punzón y liberan la toxina. Echarle agua dulce es una forma de activar esos tóxicos. Y lo mismo sucede con el alcohol, el vinagre, el amoníaco. En paralelo, habrá que avisar a los socorristas o personal médico que haya en la playa para tratar la zona afectada y después acudir a centro sanitario para completar los cuidados. 

Si una persona ha sufrido una lesión, tiene que evitar al máximo una segunda picadura ese mismo verano, de carabela o de cualquier medusa. Hemos introducido veneno en el cuerpo y tenemos el sistema de defensa sensible. Una segunda picadura, aunque sea menor, puede despertar una reacción sobre el veneno más fuerte y provocar un shock anafiláctico.

Los expertos en biología marina auguran que la presencia de la carabela portuguesa será cada vez más habitual en la costa pero, la buena noticia es que en unas semanas ya no las veremos porque las Physalias están al final de su vida.

Pez araña, un depredador de camuflaje letal

Junto a las medusas, los peces araña son las especies acuáticas que más picaduras causan durante el verano en nuestras costas. El pez araña, también conocido como pez escorpión, faneca brava, escarapote, sabirón o salvario, es una especie con mucho protagonismo este verano. A pesar de que se trata de una criatura que es muy habitual de ver en las costas, muchos bañistas desconocen por completo la peligrosidad que pueden tener sus pinchazos, que pueden provocar lesiones graves.

El pez araña, comestible y muy apreciado, tiene espinas dorsales venenosas. Este pez pertenece a la familia de los Trachinidae. Su principal virtud, y también la circunstancia que le convierte en un riesgo, es que se camufla de manera increíble en la arena. Es capaz de mimetizarse con el entorno y sacar sus ojos para ver lo que se aproxima o incluso para lanzar sus ataques.

Se esconde bajo la arena lo suficiente para dejar fuera sus delgadas armas. Es pequeño, no es agresivo y se puede camuflar fácilmente, pero por su tamaño necesita algo con lo que defenderse.  El mayor problema que tienen los bañistas es que muchas veces lo pisan sin darse cuenta porque permanece tumbado en la arena. Cuando eso se produce, este animal responde clavando su aguijón sobre el elemento intruso que lo acecha.

Este tiene púas con las que envía un veneno defensivo que suele causar lesiones considerables. De hecho, todos los expertos indican que es importante acudir hasta un centro médico lo antes posible para recibir unos primeros auxilios que pueden ser clave para que todo quede en un simple susto y un pequeño pinchazo. 

Su picadura puede provocar un dolor muy fuerte, fiebre, vómitos e insuficiencia respiratoria. Las personas que han sufrido la picadura de un pez araña lo recordarán probablemente para toda la vida porque sienten un dolor intensísimo, como si hubieran pisado cristales en la arena. El culpable de este dolor, que dura de horas a días, es una neurotoxina que interfiere con los nervios de la zona y que, además, provoca constricción de los vasos sanguíneos.

Por eso, lo primero que hay que tener en cuenta es saber si son comunes en la playa a la que se ha ido a bañar. Si es así, lo más recomendable es que use cangrejeras o zapatos de baño para poder disfrutar de la playa con tranquilidad. Si no los usa, lo mejor será arrastrar los pies para no pisar sus espinas.

¿Cómo son los peces araña?

El pez araña, además de ser un artista del camuflaje, tiene otra particularidad y es que no causan terror por su aspecto, lo que provoca que muchos aficionados a estos animales, pero que no tienen amplios conocimientos, no los tomen todo lo en serio que deberían, confiándose y sufriendo graves contratiempos.

Esta especie suele tener un tamaño medio de unos 30 centímetros, aunque se pueden encontrar en nuestras costas ejemplares que llegan hasta los 40 centímetros con facilidad. Su color suele ser una mezcla entre el pardo de su dorso y el blanco de su vientre. Dos tonos que contribuyen totalmente a que pase desapercibido cuando se esconde en la arena de las profundidades. 

Lo que sí es llamativo de su cuerpo es el gran tamaño de su cabeza, muy superior al resto, y de su boca, que es oblicua. En su dorso se incluye una gran aleta dorsal normalmente de color oscuro. Aunque su parte más preocupante es esa zona con entre tres, cinco y siete púas con las que transmite su veneno, ese que termina provocando lesiones que, en ocasiones, se pueden llegar a agravar. 

Otra de sus características más importantes también es que se trata de una especie muy huidiza. Por lo tanto, no suele atacar a no ser de que se sienta amenazado. La mayoría de los problemas que causa es porque una persona que pasa junto a él lo pisa al no verlo camuflado entre el agua y la arena. 

¿Qué hacer si te pincha un pez araña?

Cuando se produce una picadura o un pinchazo de pez araña, es necesario seguir una serie de consejos básicos. Aunque las dos primeras consignas están claras: hay que intentar mantener la calma y acudir lo antes posible a un centro médico.

Suele ser muy fácil identificar las picaduras por pez araña porque casi siempre se encuentran en las plantas de los pies y se muestran varias heridas por punciones muy juntas entre ellas y que se distribuyen de forma lineal. Además, la zona de la picadura está más pálida (por la vasoconstricción) y hay hinchazón, picor y pérdida de sensibilidad alrededor. 

Entre los efectos generales que puede padecer la persona se encuentran los vómitos, náuseas, desmayo, dolor de cabeza y sudoración. Y en las peores situaciones se pueden producir convulsiones. La situación puede empeorar en raros casos y que aparezcan complicaciones como gangrena en el pie, pérdida del conocimiento y alteraciones de la respiración y cardíacas. Es extremadamente improbable morir por la picadura de este pez, aunque existen casos documentados.

El dolor suele alcanzar su punto máximo a los 30 minutos y con el tratamiento adecuado, debe desaparecer entre las 2 y las 24 horas siguientes al accidente. Estos son los consejos básicos que habría que seguir para evitar sufrir complicaciones. 

  • Cuidado con la ansiedad: Lo primero y fundamental es mantenerse tranquilo, ya que ponerse nervioso provoca que el veneno de la picadura se propague más rápido.
  • Bañar la herida en agua caliente: El primer consejo fundamental para tratar la herida es mojarla en agua caliente  (45 grados) y evitar frotarla. Si se puede, que esta agua sea dulce y no salda. Lo ideal es poner la zona afectada en un recipiente con esta agua durante unos 30 minutos.  La toxina pierde su función a altas temperaturas y por eso notaremos un alivio del dolor con este tratamiento.  Aunque se sientan molestias, no hay que rascarse.
  • Desinfectar la picadura: Es fundamental limpiar con suavidad la zona afectada con alcohol. Después será momento de recibir un tratamiento específico por parte de un profesional sanitario. Según los síntomas y la gravedad de la herida se podría recurrir a analgésicos, corticoides y/o antihistamínicos. Es recomendable acudir al médico para que valore la herida y si requiere tratamiento adicional, ya que estas heridas corren el riesgo de infectarse y podría ser necesario tratamiento antibiótico. No se pueden realizar torniquetes, succiones o incisiones para extraer el tóxico porque "aumentan el riesgo de complicaciones vasculares y de infección". Tampoco es recomendable el frío.