La temporada de recogida de setas está llegando a su fin en los bosques navarros y de momento la ingesta de hongos ha dejado ocho personas intoxicadas en la Comunidad Foral, según los datos recogidos por el servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Navarra (HUN). No obstante, todos los casos han sido de carácter leve, sin que ninguno haya sufrido complicaciones. Las intoxicaciones por el consumo de setas suelen ser un motivo de visita a Urgencias, especialmente en los meses altos de la temporada (septiembre y octubre) ya que el parecido de muchas especies puede confundir a los recolectores y llevarse a la boca setas tóxicas.

El HUN cuenta con registros desde 2005, con cifras que varían mucho: “Atendemos entre 7 y 22 casos al año”, explican Carmen Merino y Valle Molina, médicas adjuntas en el servicio de Urgencias del hospital. Según detallan, las intoxicaciones por setas “han disminuido considerablemente en los últimos años debido a una mayor formación e información de los aficionados así como a la mejora en el diagnóstico y de los tratamientos precoz”. 

Sin embargo, matizan que fue especialmente llamativo el año 2020 por el número de casos graves que se atendieron: “Hubo cinco intoxicaciones por Amanita Phalloides, una de las especies más peligrosas que puede provocar daño hepático, renal e incluso la muerte. El aumento lo relacionamos con la situación sanitaria del momento: las restricciones de movilidad y la disminución de ocio en las ciudades propició un aumento de las actividades al aire libre y quizá surgió un mayor interés por la recolecta de setas”.

Sin embargo, Merino y Molina aseguran que nunca se han registrado muertes por ingesta de hongos en la Comunidad Foral, aunque indican que en una ocasión fue necesario realizar un transplante hepático (de hígado) a un paciente.

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[FOTOS] Setas tóxicas y comestibles en Navarra: cómo distinguirlas DIARIO DE NOTICIAS

Once casos graves desde 2005

En cuanto a las especies tóxicas más habituales, las facultativas exponen que detrás de la mayoría de casos están la Illarraka, Entoloma Lividum (falsa pardilla), Russula, Bolletus satanás y Amanita Rubescens. “La intoxicación que reviste mayor gravedad es por setas hepatotóxicas (hongos que contienen amatoxinas y pertenecen al género Amanita, Galerina o Lepiota) y desde el año 2005 se han atendido en Navarra 11 casos de intoxicación por este tipo, todas ellas con evolución favorable a pesar de la gravedad inicial”, indican.

No obstante, estas médicas de urgencias alertan de que no solo las tóxicas pueden resultar indigestas, ya que consumir setas en grandes cantidades, aunque éstas sean comestibles, también puede ser motivo de consulta en Urgencias.

Problemas gastrointestinales

En cuanto a las consecuencias de consumir una seta tóxica, Merino y Molina destacan que hay una gran variedad de síntomas, aunque “sin duda, la mayoría son manifestaciones gastrointestinales (dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea), que son por las que más se acude a Urgencias”.

“Como la mayor parte de intoxicaciones atendidas presentan clínica gastrointestinal, las medidas van dirigidas a restablecer el equilibrio hidroelectrolítico con fluidoterapia y medidas síntomáticas (alivio de náuseas, vómitos, dolor abdominal, etc.)”, explican en relación con los tratamientos para curar las intoxicaciones. En los casos de mayor gravedad, insisten, se requieren medidas más agresivas como pueden ser la descontaminación gastrointestinal o la administración de fármacos hepatoprotectores (como la N-acetilcisteína) y antídotos específicos (Silibilina, actualmente el más empleado y efectivo).

Consejos para recolectar

Usar herramientas adecuadas. Evitar utilizar utensilios (hoces, rastrillos) que puedan dañar las “raíces” de las setas y de la vegetación circundante. 

Recoger las setas enteras. Para identificar correctamente las setas es preciso recolectarlas enteras, incluida la base del pie, y desarrolladas (maduras).

Respetar las setas muy jóvenes. Si las recogemos muy jóvenes estamos dificultando que se reproduzcan los setales y además aumenta el riesgo de confusión.

Mejor en una cesta. Las setas se conservan mejor en cestas aireadas. Las bolsas de plástico no son adecuadas, ya que se acelera la pudrición de las setas.

Evitar un excesivo pisoteo. Se ha demostrado que el pisoteo excesivo apelmaza la tierra y reduce la aireación y consecuentemente provoca una disminución de la producción de setas.

Respetar las setas viejas. Estas setas pueden no ser idóneas para el consumo y además existen riesgos de confusión al no conservar intactas sus características como especie.

Mejor limpiarlas in situ. Si limpiamos las setas en el campo se conservarán mejor, llevaremos menos peso y contribuiremos a propagar los setales.

Respetar las setas tóxicas. Todas las setas, incluidas las tóxicas, tienen una función muy importante en los bosques.

Consejos para consumir

Identificarlas bien. En caso de duda en la identificación no consumir nunca las setas, la mayoría de las comestibles tienen su doble tóxico.

Desechar falsas creencias. Ni el buen aspecto, ni el buen olor, ni que sea consumida por limacos, entre otras falsas creencias, sirve para saber si una seta es comestible o tóxica.

Evitar comerlas crudas o al grill. Las setas crudas o poco cocinadas son más indigestas y además algunas son tóxicas en crudo.

Consumir las setas en 24 horas. Las setas, en general, son productos muy perecederos. Por ello es recomendable conservarlas cuanto antes en el frigorífico y cocinarlas o consumirlas en las 24 horas siguientes a la recolecta.

No abusar en el consumo. Las setas poseen sustancias de difícil digestión y además en ocasiones provocan intolerancias y alergias.

No mezclar comestibles y tóxicas. Si en la recolección las juntamos, en casa existen riesgos de no separarlas adecuadamente.

Evitar zonas contaminadas. Las setas qque crían en cultivos agrícolas, bordes de carreteras y jardines urbanos tienen riesgo de acumular contaminantes químicos peligrosos para la salud.

Cuidado con los champiñones. Los champiñones silvestres acumulan metales pesados. Por ello es muy conveniente lavarlos, pelarlos y cocinarlos, así como consumirlos en cantidades moderadas.