Las entidades que trabajan en la prevención del VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana), la Asociación Sare y la Comisión Ciudadana Antisida, han reivindicado este viernes, Día Mundial de la Lucha contra esta infección, que “los avances en derechos sociales se alineen, de una vez, con los avances médicos y científicos”.

En este sentido, Izaskun Arana, de la Comisión Ciudadana Antisida, ha explicado que a nivel sanitario “hay grandes avances. Hoy en día el VIH no tiene cura pero es una enfermedad crónica. Sin embargo, no se puede decir que los avances sociales” hayan evolucionado al mismo ritmo. De hecho, ha proseguido, las entidades “seguimos reivindicando que no haya ese prejuicio o esa discriminación a las personas que viven con VIH”. Y, para acabar con el estigma que 40 años después sigue todavía vigente en la sociedad, la educación es la herramienta fundamental. “Una educación sexual sobre todo integral, holística y centrada en la persona”, ha apuntado Lorea Gurutxarri, de Sare. 

"Que lideren las comunidades"

En una rueda de prensa celebrada con motivo de esta jornada, el director general de Salud del Gobierno de Navarra, Antonio López, ha instado a las organizaciones a “liderar la lucha contra el sida y, desde las instituciones públicas, debemos permitir que las personas afectadas y que viven con el VIH participen en los procesos de toma de decisiones”, porque “donde esto se respeta, se progresa”. A su juicio, “se puede acabar con el sida antes de 2030 o, por lo menos, que deje de ser un problema de salud pública”, pero solo se conseguirá con “la implicación clara de las instituciones públicas y, cómo no, de las comunidades”. 

En su intervención, López ha incidido en la importancia de la prevención. Así, ha enumerado las distintas estrategias que se llevan a cabo en el departamento, tanto biomédicas (para la promoción del uso de preservativo y otros métodos barrera, para el fomento de la realización de pruebas de VIH o el programa de intercambio de jeringuillas), como estructurales (intervenciones para reducir el estigma y la discriminación) y comportamentales o educativas.

Diagnóstico tardío, un gran reto

López ha destacado que “el número de personas no diagnosticadas ha disminuido”, pasando de unas 200 personas en 2019 a entre 100 y 150 en 2022, si bien ha lamentado que “casi el 50% de los nuevos diagnósticos de VIH se consideran tardíos”

En cuanto a la educación afectivo sexual, ha considerado que el programa Skolae es un punto a reforzar, ya que “es un pilar fundamental en la prevención del VIH y otras ITS”. Y, finalmente, ha apuntado como retos de mejora el abordaje del chemsex y “la atención integral de las personas que viven con VIH integrando el abordaje a la cronicidad para prevenir y tratar las morbilidades asociadas a la infección por el VIH, con especial énfasis en la salud mental, el envejecimiento prematuro y la fragilidad”.

Envejecimiento y calidad de vida

Por su parte, la Comisión Ciudadana Antisida y Sare han leído un manifiesto conjunto en el que han puesto el foco en el envejecimiento y la calidad de vida de las personas con VIH. “Es cierto que vivimos más y mejor, pero seguimos teniendo retos”, han indicado. Tras recordar que se cumplen 40 años de la Declaración de Denver, donde comenzaron a crear “comunidad, una comunidad que ha recorrido un camino que no ha sido fácil, un camino en el que hemos peleado por el derecho a la vida, una vida sin estigmas ni discriminación, por el derecho a una vida plena”. 

Según los últimos datos publicados por el Instituto de Salud Pública, el número de infecciones diagnosticadas en Navarra se sitúa por encima del 90% del total. De este modo, “con tres años de retraso” se alcanza el objetivo propuesto por ONUSIDA para 2020 de que el 90% de las personas conozcan su estado serológico.

Así, tras lamentar que en Navarra “se sigue diagnosticando tardíamente”, valoraron “muy positivamente” la experiencia piloto de la prueba rápida del VIH en 12 farmacias de la Comunidad Foral que se acaba de presentar esta semana. Por todo ello, las entidades que trabajan en este ámbito han instado a la administración a "seguir afinando estrategias" y, en este sentido han reclamado “mejorar la accesibilidad a una sanidad pública y universal, donde el empadronamiento no sea una llave en los derechos de salud; seguir trabajando en la prevención combinada, mejorando el acceso al seguimiento de la PrEP (medicamentos para prevenir contraer el virus a través de las relaciones sexuales o el consumo de drogas inyectables) y reforzando el protocolo conocido por el personal sanitario que administra la PEP; garantizar una educación sexual pública centrada en los cuidados y una visión positiva e igualitaria; y capacitar a los profesionales de la red pública de salud”, entre otras cosas. 

Como han concluido Sare y la Comisión Antisida, “debemos avanzar hacia un modelo de cuidados más integral y centrado en las necesidades individuales, no solo las médicas. La participación comunitaria es imprescindible para poner los cuidados como un elemento central que posibilite superar las desigualdades y mejorar día a día la calidad de vida de las personas con VIH”. Porque, como han reiterado, “¡Vivimos, resistimos, amamos... y envejecemos!”.