¿A qué factores atribuye el mejor dato de mortalidad vial en la historia de Navarra?

–Aunque es pronto para poder hacer un análisis en profundidad de lo ocurrido este año, es cierto que los datos, tanto a nivel de personas fallecidas como de siniestros con personas heridas graves, han disminuido respecto a años pasados, incluso menos que el año 2020. Sin embargo se han atendido más siniestros viales, de menor consideración. Aunque entiendo que la mayoría de la población está concienciada de los riesgos de la conducción, que los vehículos cada vez son más seguros, las vías de comunicación mejores, y que un gran número de profesionales trabaja en este campo (servicios sanitarios y de rescate, compañías de seguros, autoescuelas, prensa, cuerpos policiales...), lo cierto es que, mirando única y exclusivamente las cifras de un año para otro, no nos podemos hacer una idea concluyente.

¿Cree que se va a asentar esta caída de la mortalidad?

–En los últimos ocho años ha habido una oscilación apreciable en el número de víctimas y es en estos dos últimos años donde se ha dado la mayor diferencia. Han descendido los siniestros con turismos y camiones y sin embargo aumentan los de usuarios vulnerables. La seguridad vial no es una ciencia exacta, y trabajando igual o mejor, podemos tener años en los que aumente la siniestralidad.

¿Cuáles son las cuestiones en las que hay que seguir incidiendo para reducir aún más la mortalidad en las carreteras navarras?

–El factor humano sigue siendo la principal causa de la siniestralidad vial. Las distracciones, con la utilización del móvil como motivo estrella, el consumo de alcohol y drogas antes y durante la conducción, y el exceso de velocidad siguen siendo las tres principales causas de siniestralidad. Poco a poco pero de manera ya regular, se está produciendo un aumento de, en este caso accidentes, con presencia de animales (jabalíes en otoño y corzos en primavera principalmente), y por eso es fundamental conocer los lugares en los que se producen, atender a la señalización y saber cómo actuar ante la presencia de los mismos. No obstante, la inmensa mayoría de la población realiza una conducción adecuada, siendo muy llamativos, y por tanto preocupantes, las consecuencias de quien no lo hace así.

¿En qué se va a notar, en el sentido policial, la asunción en exclusiva de las competencias de Tráfico?

–En la medida en que la plantilla de Policía Foral vaya creciendo, aumentará su presencia en carretera y en el reparto y vigilancia de las vías, que a día de hoy están coordinadas con la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, con quien mantenemos reuniones periódicas y extraordinarias si es necesario. A pesar de ello, parece obvio que en la medida en que todas las unidades de tráfico dependan de una sola cabeza, la coordinación de las mismas será más rápida y eficiente que si dependen de dos órganos de decisión diferentes, así como el mejor aprovechamiento de los recursos, especialmente humanos. El apoyo del Gobierno de Navarra influirá notablemente en la capacidad de estas unidades para la prevención de la siniestralidad vial.

¿Qué mensaje le gustaría dar a los y a las conductores navarros?

–El mensaje que me gustaría transmitir es que, saber que en Navarra han fallecido este año 16 personas por siniestros viales, un tercio de las mismas sin ser responsables del siniestro, nos debe hacer mantenernos alerta y preocupados por todo lo que ello supone tanto de forma directa como indirecta, tanto en fallecimientos como en personas heridas. Una distracción, un descuido, una imprudencia, tiene consecuencias fatales. Tenemos que seguir trabajando la prevención, la concienciación, de quien se incorpora al mundo del automóvil y, primordialmente, de quienes estamos dentro.