Quizá resulte algo contradictorio, pero la mejor forma de prevenir una nueva caída en personas mayores es el ejercicio físico. Así lo defienden Nicolás Martínez Velilla –jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario de Navarra (HUN)– y Álvaro Casas –responsable de la Unidad de Caídas del HUN–, que redundan en los beneficios que tienen para los pacientes los programas de ejercicio físico que les pautan los profesionales. “Para evitar caídas hay que moverse, se tenga la edad que se tenga”, sostiene Casas.

De hecho, la rehabilitación y el ejercicio físico son uno de los pilares fundamentales de la Unidad de Caídas, en la que trabajan de manera conjunta médicos, enfermeras, terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas. “Cuando uno deja de moverse pierde función muscular y el riesgo de caída aumenta. Entonces, un mensaje importante para las personas que ya se han caído es que hagan ejercicio y eso no es solo andar. Caminar está estupendo, pero también tienen que hacer ejercicios de fuerza, por supuesto, adaptados a las condiciones de cada paciente”, expone.

Pero muchas veces, en hospitales, en residencias o en el propio domicilio se tiende a limitar el ejercicio físico de quien se ha caído o de quien tiene dificultades para caminar, algo que lo único que hace es aumentar el riesgo. “Pongo un ejemplo, a las personas mas graves en residencias y en hospitales en Estados Unidos se les traslada siempre en silla de ruedas –es algo que se ve mucho en las películas– porque que alguien se caiga y tenga una fractura conlleva consecuencias legales. Pero al final, lo que se genera durante esa hospitalización es un deterioro severísimo. De hecho, está demostrado que se caen más con este tipo de atenciones”, expone Martínez Velilla, que pone en valor el trabajo realizado en el HUN: “En Geriatría hemos hecho un programa específico para recuperar la fuerza muscular y el equilibrio que es muy bueno y que nos están copiando a nivel internacional”.

Asimismo, incide en la importancia de la continuidad asistencial de estos pacientes, que tengan un seguimiento. “En esto son fundamentales los profesionales de Atención Primaria, su trabajo es clave, porque no sirve de nada que tengamos una consulta específica de caídas si luego ese paciente no tiene una continuidad”, indica el geriatra.