Nueve investigadores e investigadoras de prominente trayectoria están trabajando en la Universidad Pública de Navarra (UPNA) en el desarrollo de la I+D gracias a los prestigiosos contratos Ramón y Cajal, unas ayudas altamente competitivas concedidas por el Gobierno español que promueven la incorporación de personal investigador, español o extranjero, en centros de I+D españoles.

Estos nueve investigadores –ocho mujeres y un hombre– suponen la cifra más alta de contratos Ramón y Cajal que coinciden al mismo tiempo en la historia de la UPNA. Además, dos de estas personas cuentan, asimismo, con una ayuda Starting Grant, la de mayor prestigio científico de las que se conceden en la Unión Europea.

Las ayudas Ramón y Cajal, detalla el centro universitario, se otorgan a personas de prominente y destacada trayectoria investigadora y tienen como finalidad última consolidar su carrera profesional y que puedan obtener un puesto de carácter estable en un organismo de investigación del Sistema Español de Ciencia, Tecnología y de Innovación. La tasa de éxito en la última convocatoria, es decir, el porcentaje de personas que obtienen una beca de este tipo frente a las que se presentan, fue del 17,2%.

En cuanto a la investigación que realizan estas personas en la universidad, Estíbaliz Larrainzar, Miriam Osés, Idoia Ariz, Ana María Giraldo y Nazareth Torres pertenecen al área de Ciencias Agrarias y Agroalimentarias y están adscritas al instituto de investigación IMAB (Institute for Multidisciplinary Research in Applied Biology).

Leyre Azpilicueta e Iñigo Liberal, del área de Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones, se adscriben al ISC (Institute of Smart Cities); y Sara Torregrosa Hetland, del área de Historia e Instituciones Económicas, se encuentra adscrita al INARBE (Institute for Advanced Research in Business and Economics). Mirja Rotinen Díaz, del área de Biomedicina, se encuentra adscrita al IMAB.

Instituciones punteras

Las nueve personas con contrato Ramón y Cajal que trabajan en la UPNA provienen de instituciones punteras en sus respectivos ámbitos, como son el Instituto Tecnológico de Monterrey (México), The Sainsbury Laboratory (Reino Unido), Lund University (Suecia) o University of California Davis (Estados Unidos).

La selección se realiza mediante un selectivo y exigente proceso de concurrencia competitiva entre todas las personas candidatas, con base en sus méritos curriculares y su capacidad para liderar una línea de investigación, además de valorar la experiencia científica y profesional, así como la independencia de su trayectoria. Entre los aspectos evaluados se encuentran las aportaciones científicas, la participación en actividad internacional o la capacidad de liderazgo, entre otros méritos.

En las convocatorias más recientes, las ayudas se materializan en contratos de investigador postdoctoral con un plaz de cinco años de duración, en dos fases: la primera fase tiene tres años de duración y la segunda, dos años. Es en esta última donde la persona investigadora puede presentarse a una evaluación de su actividad científico-técnica, que se realiza teniendo en cuenta los criterios para ser investigador R3-investigador establecido. Además, estas personas tienen a su disposición una ayuda para cubrir gastos relacionados con la ejecución de sus actividades de investigación, concluyeron las mismas fuentes.