Alicia Giménez García (Pamplona, 1980), referente y coordinadora de la asociación Acción Contra la Trata - ACT, a la que este miércoles el Gobierno de Navarra ha concedido el premio Berdinna a la igualdad, agradece el galardón y promete seguir dando más zancadas en pos de la lucha de las mujeres y niñas encerradas en el mundo de la prostitución. 

En la asociación trabajan ahora mismo seis profesionales: una trabajadora social (Gaëlle Berthelot), una mediadora intercultural (Joy Ogbeide), una técnica de administración y voluntariado (Giselle Pelinksi Azcona), una asistente de oficina (Jessica Valencia), un técnico de formación en masculinidades (Unai Zabaleta Aldaz) y la coordinadora Alicia Giménez García, además de contar con una veintena de personas voluntarias.

El colectivo nació en 2015 a raíz de "nuestra inquietud sobre la realidad de trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual, una realidad que permanece invisible y que nos preocupaba que no se relacionara con una materialización de la desigualdad de sexo y género, de la realidad socioeconómica, de origen...", detalla Giménez, quien antes de especializarse en este ámbito trabajaba en el mundo de la cooperación y había observado "la realidad desbordante de la explotación sexual en otros países". Al regresar a la capital navarra y asentarse, Giménez recuerda que "estaba convencida de que aquello que había visto pasaba también en nuestra propia tierra. Así, me puse en contacto con entidades que ya trabajaban con mujeres en situación de prostitución, fui voluntaria de dichas entidades y decidimos actuar ante la falta de sensibilización y conciencia acerca de este tema".

Fue la llave de arranque para Acción Contra la Trata - ACT, en cuya fundación participaron "varias personas que compartíamos conciencia feminista y que queríamos sensibilizar en materia de igualdad, roles de género y masculinidades. Desde el principio, nos pareció fundamental abordar el papel del consumidor de la prostitución, que es el causante de que exista este mercado", y comenzaron a trabajar en la elaboración de materiales y formaciones.

La pamplonesa describe que la trata en Navarra "es una realidad que ya sospechaba que existía. Los clubes y los anuncios de prostitución han estado siempre delante y muy presentes, en toda la sociedad, en la música, en los libros, en los chistes, en el boca a boca... Me preguntaba qué hay detrás de las mujeres que tienen que estar siempre a disposición de los consumidores. Son mujeres que atraviesan enormes dificultades, que sobreviven tras haber vivido muchísimas violencias y que sacan adelante a sus familias. Quieren una vida libre de violencias. No quieren la prostitución. El mundo de la prostitución refleja mucha violencia normalizada, no solo en las mujeres que la sufren, sino por parte de la sociedad que la presenciamos cada día", detalla Giménez.

Sobre el premio Berdinna, afirma que "es un impulso y un halago enorme. Este trabajo es duro en el día a día y también tiene un coste en cada una de nosotras porque trabajamos desde el compromiso y creemos que vale la pena la defensa de los derechos de todas las mujeres, seamos del origen que seamos. Nos hace sentir muy orgullosas de este trabajo. Estamos muy agradecidas de poder hacer este trabajo en Navarra de la mano de otras entidades sin las que no podríamos realizarlo, donde recibimos un gran apoyo del Gobierno foral y el Instituto Navarro de la Igualdad (INAI). Este es un proyecto inspirador para otros lugares porque es un modelo que funciona y que siembra esperanza".