El 22 de junio de 2021, unas empinadas laderas a las afueras de Aldatz (Larraun), con vistas remotas a una supuesta explotación ganadera y agrícola, una nave que estaba arrendada para un negocio de carpintería, estaban que echaban humo. Los investigadores de la Guardia Civil establecieron allí desde aquella fecha un grupo de seguimiento continuo de vigilancia del lugar. Se colocaban en el monte enfrente de la nave y observaban “una actividad que todo hacía indicar que era ilegal”, que al principio creían que era una plantación de marihuana y de la que, según dijeron, recibieron vagas comunicaciones de gente de los alrededores, extrañados por el trajín de camiones y vehículos que se dirigían a un recinto en principio inocuo y que terminó por descubrirse un año después como la base de la mayor red de contrabando de tabaco de Europa. Este martes, siete acusados, cuatro navarros y tres guipuzcoanos, dedicados al transporte y la construcción, para los que se pide 13 años de cárcel a cada uno de ellos y una multa de 50 millones, se sentaron en la Sección Primera de la Audiencia de Navarra en el comienzo del juicio que se prolongará una semana.

Los acusados no reconocen los hechos que se les imputan, pero la Guardia Civil, según declararon este martes el secretario y el instructor del atestado, asegura que formaban parte de “un grupo criminal” que exportaba millones de cajetillas, “incluso de marcas que no había visto en mi vida”, a países europeos aprovechando su logística con naves alquiladas y que hacían de almacén de hoja de tabaco en Torres de Elorz y Aduna o como hangar de los cartones de tabaco ya serigrafiados con su marca y dispuestos para la exportación en Urnieta. Según la acusación, también tenían a media docena de trabajadores ucranianos en régimen de semiesclavitud trabajando con la maquinaria que hacía el tabaco dentro de la granja de Aldatz.

Granja de Aldatz, lugar clave de la fabricación de cigarrillos de contrabando.

Allí, tras un primera estancia en la que había paja, cartones de tabaco y material de carpintería, se había dispuesto una especie de encofrado que ocultaba toda una fábrica de tabaco con maquinaria profesional y automatizada que fabricaba todo tipo de cigarrillos. Los ucranianos, a los que según los investigadores se les dejaba encerrados dentro de la nave, no tenían móviles ni posibilidad de escapatoria, trabajaban de sol a sol ahí dentro.

MEDIDAS DE SEGURIDAD

“Habían priorizado la seguridad propia de una organización criminal y no la seguridad de las personas”, dijo uno de los mandos del Instituto Armado, que abundó en que la red adoptaba medidas de seguridad como llevar coches lanzadera conducido por alguno de los acusados para evitar controles en las carreteras y que observar el interior de las naves era tarea harto imposible. Además, abundó en tres episodios significativos de los que tuvieron información a través de la policía aduanera italiana. En uno de ellos, siguieron a un camión que llegaba del país transalpino a Navarra y que hizo una parada extraña en Pagozelai.

“El chófer debió percibir alguna vigilancia o eso es lo que pensamos. Se paró en la estación y cruzó al bar del otro sentido de la autovía. Allí se vio con varios de los acusados. Nosotros tampoco podíamos seguirles muy de cerca para que no nos descubrieran, pero los otros le hacían aspavientos como dando a entender que no había nada que preocuparse”.

Operación Baserria de la Guardia Civil

Operación Baserria de la Guardia Civil DIARIO DE NOTICIAS

En otro de los avisos desde Italia, se interceptó un camión que había descargado en Torres de Elorz 15.000 kilos de hoja de tabaco. El camionero paró cinco días a descansar en Arre para esperar otro porte y le encontraron dos albaranes en los que en inglés se había escrito que había transportado dicha mercancía de Italia a Portugal, aunque en realidad acabara en Navarra. En el país transalpino, en el curso de esta investigación, también se llegó a incautarse un cargamento de un tráiler con idénticas características al producto que hacían en Aldatz.

Se les acusa de la fabricación ilegal de cerca de 16 millones de cajetillas de tabaco desde al menos septiembre de 2020 hasta el 23 de mayo de 2022. Las cajetillas elaboradas contaban con el cartonaje propio de distintas marcas comerciales como Malboro, LM o Chesterfield. La deuda tributaria no ingresada asciende a 12.545.312 euros respecto al género aprehendido y de 38.685.752 euros respecto a los cigarrillos elaborados en ese período de tiempo, por lo que la cuota tributaria alcanza los 51.231.065 euros.

Las claves

1 millón de cigarrillos al día, 3 millones de cajetillas al mes. En la nave de Aldatz se ocuparon varios cuadernos con anotaciones que permiten determinar la cantidad de cigarrillos elaborados desde el 29 de septiembre de 2020 al 23 de mayo, ascendiendo a un total de 15.921.000 de cajetillas. Las cajetillas elaboradas contaban con el cartonaje propio de distintas marcas comerciales como Malboro, LM o Chesterfield. La deuda tributaria no ingresada asciende a 12.545.312 euros respecto al género aprehendido y de 38.685.752 euros respecto a los cigarrillos.

Los 7 acusados no reconocen ningún delito y declararán en último lugar

Las defensas trataron de apartar del proceso a la tabacalera Philip Morris y la Audiencia la mantiene

Los siete acusados, cuatro navarros y tres guipuzcoanos, que según la Guardia Civil integraban la mayor red de contrabando de tabaco de Europa, no declararan hasta el viernes en el juicio que se inició ayer en la Audiencia. Lo harán en último lugar tras haber escuchado todas las testificales previstas en la vista oral. Ayer, negaron los hechos que se les imputan. Todos ellos, salvo uno de ellos, se acogieron a su derecho a no declarar en la instrucción del caso. Aseguran que el relato acusatorio es falso y que no sabían nada del negocio clandestino. Sus defensas trataron ayer de apartar de la causa a la acusación particular que ejerce la tabaquera Philip Morris, al sentirse perjudicada directamente porque gran cantidad del tabaco que supuestamente fabricaban llevaba cartonaje de LM, Marlboro y otras marcas que tiene registradas. Las defensas plantearon que nunca se les dijo a los investigados ni aparece en el auto de fin de la instrucción que se les acusaba de un delito contra la propiedad industrial. La Audiencia dijo que Philip Morris seguirá en el procedimiento porque en los hechos que conocieron venía implícito el delito.