La Fundación Diocesana Compartir está personalizada al completo en la figura de la religiosa Carolina María Agudelo. Ella la fundó y ha estado al frente durante tres décadas. Ahora cede el cargo, “antes de que me pille por sorpresa”, en un cambio en el que “se pasa de la edad a la hermosura”. 

La elegida para sustituirle a la cabeza es Irayda Martínez, de la misma congregación religiosa y miembro de la fundación desde hace 16 años. “Siempre había querido hacer misión” y, con tan solo 23 años, fue enviada por la fundación al municipio de Riosucio, “una zona que depende del río y en su mayoría controlada por las bandas”. Martínez intentó establecer programas de cuidados al igual que en otro municipios, pero entrar a trabajar en una situación así tiene muchas complicaciones. 

Irayda Martínez (i) y Carolina María Agudelo (d), de Fundación Compartir, con Valles Pedroarena, de la ONG En tu Nombre, en su visita a Pamplona esta semana. Unai Beroiz

“Solo la Iglesia podía entrar en las zonas que controlaban las bandas, por lo que me ha tocado hasta ir a buscar cadáveres. Coincidió que habían cambiado de líder y había muchas muertes”, cuenta. En ese panorama empezó a dirigir un centro de Compartir, pero sin mucho éxito. “Veía a los mismos niños que tenía en el centro aprendiendo cómo manejar armas de madera que les enseñaban los guerrilleros”, del mismo modo, que “podías ver a los policías y militares tomando algo con las guerrillas. Nadie hacía nada”. Esa impotencia le llevó a mandar hasta cuatro cartas de dimisión a Carolina, pero ella le contestó que “dónde Dios nos ha sembrado, ahí tenemos que germinar”. “Cómo vas a decir que no a eso”, cuenta entre risas. 

Después de siete años de trabajo, consiguió consolidar un Hogar Día para niños entre 4 y 7 años, un parque infantil y una huerta. “Si no existiera Compartir, miles de niños habrían continuado la violencia”, asegura Martínez. Destaca la labor de la fundación a diferencia que distintas entidades que acuden temporalmente a la zona.

Niños y niñas juegan en un Hogar Día de la fundación.

“He visto desfilar chalecos de muchos colores y modelos, pero quien ha permanecido es Compartir. Aparecen proyectos que entran, manosean y se van, dejando situaciones a flor de piel. También se ha investigado mucho la violencia pero vienen, viven, te agarran a preguntas, escriben un libro y se van, pero, ¿qué pasa conmigo?”, critica la nueva directora, que afronta el reto con “responsabilidad y esperanza”.

Respecto a los próximos años, Carolina defiende que “mientras Colombia no tenga justicia, nada va a cambiar. Hay mucha tela para cortar y puede que vivamos una guerra civil”. Sea cuál sea el futuro del país, allí estará Compartir siendo fiel al lema de su fundadora: “Haga todo lo que sea necesario en cada momento”.