Los y las vecinas del barrio pamplonés de la Txantrea se volcaron este sábado para ayudar a su amigo Moussa Diagne. Este joven senegalés de 26 años llegó a Navarra del pueblo de Touba hace casi tres y, desde entonces, comenzó a vivir en la Rotxapea y a ganarse la vida con la venta de artículos de imitación, una actividad por la que recibió dos denuncias y una orden de expulsión

Así lo recordaba Isabel Eguiguren, vecina de la Txantrea y una de las personas involucradas en impedir que Moussa sea expulsado de Navarra. Eguiguren y más de un centenar de vecinos del barrio organizaron el sábado una comida popular con el objetivo de recaudar los fondos suficientes para hacer frente a los 4.000 euros de gastos jurídicos que se le exigen a Moussa por la venta de artículos de imitación. 

Sin embargo, la solidaridad de la Txantrea superó las expectativas de todos ya que, a pesar de que la comida estaba pensada para un aforo de 100 personas, se apuntaron aún más. “Ha habido muy buena acogida. Hace una semana estábamos apuntadas once personas y en estos últimos días ha pasado el tope”. Además de la comida, también organizaron un vermú y conciertos en el barrio. 

Para evitar la futura expulsión de Moussa, sus amigos están empleando todos los recursos posibles para retrasar lo máximo su sentencia. En octubre Moussa cumplirá tres años en Navarra, lo que le abrirá las puertas a una posible regularización. Para conseguirlo, pretenden emplear la vía del arraigo por formación, es decir, a través de unos estudios y un posterior empleo

Txantrea solidaria

Esta no es la primera vez que el barrio se ha movilizado para echar una mano a un amigo. Cheikhouna Dieng, primo de Moussa, llegó a la Rotxapea en 2006 y comenzó a ganarse la vida a base de vender ropa de imitación hasta que, tras las denuncias, llegó la orden de expulsión. Ante esta situación, el barrio se movilizó para impedirlo, y lo consiguieron gracias a la solidaridad de otro vecino de la Txantrea, quien le ofreció un empleo.