Una camiseta recorre alrededor de 65.000 kilómetros desde su diseño, cultivo, producción y consumo. Después de un tiempo de uso, se tira al vertedero. Y fin. La asociación Madre Coraje ha presentado esta mañana en su local la exposición El viaje de tu camiseta 2.0. A través de los cinco sentidos, reflexionaron en torno al impacto económico, social y medioambiental de la fast fashion. “No somos responsables de cómo es la industria, pero sí podemos escoger qué consumimos para transformarla”, ha señalado Laura Irurzun, coordinadora de Madre Coraje.

En una experiencia inmersiva a través de la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto, las personas que visitaron la exposición pudieron conocer el lado oscuro detrás del proceso de creación de las prendas del fast fashion. En esta industria se utilizan 3.500 productos, de los cuales 750 son considerados peligrosos para la salud humana y 440 representan un riesgo para el medioambiente. “Van directamente a nuestros cuerpos y contaminan el mar, de manera que se dañan muchos de los alimentos que consumimos”, ha señalado.

Laura Irurzun prueba el apartado del oído en la exposición. Javier Bergasa

La fast fashion (moda rápida) es un modelo de negocio que se caracteriza por la producción rápida y masiva de prendas de vestir y su posterior venta a precios muy bajos. Como consecuencia, se llenan armarios “sin que nos cuestionemos de dónde vienen las prendas que llevamos puestas”, ha declarado Irurzun. Cada año se desperdician 92 millones de toneladas, pero solo el 13% se reutiliza o se recicla. Además, más de la mitad de las prendas de moda rápida se descartan en menos de un año. En concreto, cada persona consume una media de 34 prendas al año y desecha entre 10 y 14 kg de ropa y solo se reciclan entre 1,5 y 2,5 kg.

“Nos están vendiendo la idea de que lo que tenemos que hacer si tenemos un mal día es irnos de compras. Por eso, queremos enseñar que cada consumidor tiene un voto y que nuestras demandas pueden cambiar las cosas”, ha reflexionado. El viaje de una camiseta no tiene porque finalizar en un vertedero.