El navarro Javier Garrido Goitia, teólogo franciscano de la Provincia de Arantzazu, ha fallecido a los 83 años en Bermeo, donde cumplía una pena canónica de reclusión domiciliaria. Garrido, un teólogo referente en la dirección espiritual y que adquirió gran notoriedad, fue condenado el año pasado en el tribunal eclesiástico de la Rota de Madrid después de que fuera denunciado por dos víctimas en la diócesis de Pamplona. Posteriormente, en junio de este año, fue condenado de nuevo por otra denuncia. El religioso fue condenado por “falso misticismo y solicitación en confesión”, lo que implica un abuso de poder y sexual. El Tribunal le prohíbe ejercer como sacerdote y le impone la obligación de indemnizar a las víctimas con 30.000 euros. 

Además, el Arzobispado de Pamplona informó en su día que los delitos probados acarrearon “la prohibición temporal, hasta que cumpla 95 años, del ejercicio del ministerio sacerdotal, excepto la celebración de la eucaristía que será en privado, sin participación de fieles; la prohibición de publicar artículos o libros, y la de ejercer la dirección o consejo espiritual”. 

La Provincia franciscana de Arantzazu reconoció en su día “el daño infringido; rechaza profundamente cualquier práctica que suponga un abuso de poder, de conciencia y sexual y pide perdón sin paliativos por el sufrimiento causado”. Asimismo, reconoce que, como Provincia, en este proceso “no hemos sabido siempre ponernos del lado de las víctimas. Por ello, pedimos perdón a ellas, a la Iglesia y a la sociedad. Estamos dispuestos a dedicar todos nuestros esfuerzos a reparar el daño causado”.

A dicha condena canónica, que marcaba un punto de inflexión importante en la respuesta eclesial, le siguieron algunas muestras de apoyo de fieles que habían participado del itinerario espiritual que había propuesto y acompañado tanto en comunidades religiosas como laicas.