En el año 2023, el Teléfono de la Esperanza atendió a 14.010 llamadas. De este total, 464 se produjeron porque había una manifestación de ideación suicida, una crisis o, incluso, un suicidio en curso. “Con todo, en todos los perfiles se proyecta una clara sensación de soledad; suele ser gente que no se siente escuchada o que no puede afrontar el momento que están atravesando en su vida”, ha explicado Begoña Arbeloa, presidenta de la organización. Esta situación, lejos de ir a la baja, cada año va en aumento y esto provoca una preocupación general por parte de los especialistas y voluntarios que colaboran en los servicios de emergencias telefónica.
Por esta razón, la asociación ha querido añadir a sus servicios un servicio de chat, además de la asistencia telefónica y del formato presencial, que sobre todo se encuentra dirigido a las personas jóvenes, que son a las que más les cuesta pedir ayuda a través de las plataformas ordinarias”, ha comentado. En cualquier caso, en lo que se refiere al teléfono, “mayoritariamente son gente de una edad mayor, pero cada vez nos encontramos con un sector de la población más joven, así que lo único que podemos reseñar es que el chat está utilizado mayoritariamente por la juventud y que el perfil telefónico se adscribe un poco más a la edad adulta, aunque hay variaciones”, apuntó. Por otro lado, en cuanto al género, hay más mujeres que hombres que utilizan estos servicios –según los datos de 2023, hubo 228 mujeres que llamaron por motivos de ideación suicida y 181 hombres– “porque solemos pedir nosotras más ayuda que ellos”.
En el caso del área de intervención en crisis, que es el servicio que la asociación ofrece de forma presencial, está compuesto por una serie de cursos y talleres en los que se atienden entre 800 y 1.000 personas cada año. Asimismo, también ofrecen un apartado de atención psicológica presencial en la que ofrecen terapia individual a 90 personas que reciben alrededor de 14 o 16 sesiones de una hora. “Se trata de un proyecto ambicioso, con especialistas que trabajan de forma filantrópica y voluntaria por tratar de ayudar a que quienes nos llaman puedan salir adelante”, ha comentado Alfonso Echávarri, psicólogo y director del Teléfono de la Esperanza.