Mari Paz Benito Osés, de 49 años, casada, madre de dos hijos, lectora de novelas de intriga en la infancia que le encaminaron a querer ser fiscal hasta que cambió el camino, osasunista hasta la médula, antigua alumna del colegio San Cernin y presidenta de la cooperativa, fue el mejor expediente de su promoción de Derecho en la Universidad de Navarra (UN), por lo que ya entonces, en 1998, comenzó a recoger premios como el de Aranzadi de Fin de Carrera que recibió por sus 48 matrículas de honor.

Desde aquellos días hasta ayer, que obtuvo la máxima distinción judicial, su trayectoria no ha dejado de estar trufada de reconocimientos de todo orden y en múltiples ámbitos. Ayer, además de recordar a su familia como el pilar de su vida, tuvo palabras de agradecimiento para sus padres (su progenitor falleció hace años mientras que su madre estaba sentada en la primera fila de la Sala de Actos Solemnes del Palacio de Justicia).

"La ciudadanía navarra puede creer en sus jueces"

Ellos nos inculcaron a mi hermano y a mí la honestidad, la integridad y la capacidad de darlo todo. Se esforzaron para que su hija trabajara en lo que más gustaba, en un trabajo tan bonito como este. Gracias por hacer que el sueño de aquella niña se hiciera realidad”, dijo emocionada. A lo largo de su discurso, la magistrada recordó a cada uno de los estamentos con los que trabaja codo con codo para impartir Justicia y tuvo buenas palabras para los secretarios policiales, funcionarios del juzgado, Fiscalía, abogacía y procura, forenses, policías, TSJN y los juzgados unipersonales (como el suyo, de un solo juez/a), que somos “la puerta de entrada y la cara visible a este mundo lejano y difícil de comprender”.

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La magistrada Mari Paz Benito recibe la condecoración de la Orden de San Raimundo de Peñafort Unai Beroiz

Dijo que recibía el reconocimiento “llena de orgullo, feliz, abrumada por las palabras y tremendamente agradecida. Desde que me dijeron que me habían propuesto, no sabía lo que iba a decidir el Ministerio de Justicia, pero yo me sentía ganadora porque nada me hace más feliz que trabajar en lo que más me gusta. Si se reconocen mis méritos, es porque se está reconociendo la labor de todos vosotros. La ciudadanía navarra puede creer en sus jueces, tienen credibilidad y confianza”.