A kilómetro finalizado por cada año de trabajo. Los 6,6 kilómetros diseñados de la Autovía del Pirineo (A-21) para conectar las localidades aragonesas de Tiermas y Sigüés ya han cumplido más de seis años desde el inicio de sus obras y, según el último compromiso del Ministerio de Transportes, ahora ya tiene marzo como fecha de finalización. Dicho tramo, como toda la obra en la comunidad vecina de competencia estatal, ha sufrido múltiples vaivenes desde que en junio de 2018 se iniciaron los trabajos y se adjudicaron por 51 millones a la empresa Vías y Construcciones que, en principio, debería haberlo finalizado en junio de 2021. El gasto total de esos kilómetros de autovía se eleva ahora a 68 millones y el retraso es de tres años y medio. Hasta que el ministro Óscar Puente se comprometió en los últimos meses a ponerlo en funcionamiento en el primer trimestre de este 2025. La compleja orografía de la zona requirió de múltiples infraestructuras (túneles y viaductos) no previstas en el proyecto original, que sufrió dos modificados de relevancia.
El secretario de Estado de Transportes y Movilidad Sostenible, José Antonio Santano, trasladó hace meses al consejero de Cohesión Territorial de Navarra, Óscar Chivite, que “desde el Ministerio se está haciendo un esfuerzo por completar el itinerario formado por las autovías A-21, A-22 y A-23 con el fin de empezar a captar tráfico de largo recorrido del corredor del Ebro”.
Mientras no se culmine durante esos meses de invierno dicha obra, la vía alternativa (la tradicional N-340) que bordea el embalse de Yesa seguirá siendo de un carril en cada sentido y generando cierto quebradero de cabeza y retrasos a los conductores acostumbrados a transitar por dicha vía para acudir a las estaciones de esquí oscenses o al Pirineo.
Cuando se termine la ejecución del mencionado tramo dará continuidad (sin la interrupción actual, que obliga a abandonar la vía rápida para salirse a la carretera de un carril por sentido) a la autovía A-21 a lo largo de 72,6 km, entre Pamplona y el límite provincial con Huesca, itinerario alternativo para comunicar la cornisa cantábrica con Catalunya. Conviene recordar que la Comunidad Foral terminó en enero de 2012 los 46 kilómetros desde Pamplona al límite con Aragón de dicha autovía, algunos de los cuales se financiaron a través de peaje en la sombra.
En el al menos aparente impulso, manifestado también en los presupuestos, que el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible pretende dar a esta infraestructura viaria, el organismo estatal ha licitado en los últimos días por 3 millones de euros (IVA incluido) el contrato para actualizar el proyecto de trazado y constructivo del tramo Puente la Reina de Jaca a Fago de la autovía A-21 de los Pirineos, en el límite de provincia entre Huesca y Zaragoza. De esta forma, solo quedarían pendientes a partir de primavera, sin iniciarse las labores a pie de carretera, ese tramo del límite provincial y la variante de Jaca.
La actualización de este proyecto de Puente la Reina de Jaca a Fago surge de la necesidad de acomodar dicho documento a la nueva normativa aplicable. Por ello, el proyecto será el puntal sobre el que proyectar un tramo de 12 kilómetros y que tiene un presupuesto estimado total de 123 millones de euros, IVA incluido. Por ello, para optimizar la viabilidad económica del proyecto, se estudiará dividirlo en dos subtramos, cada uno de los cuales supondrá un proyecto específico: Subtramo A: Puente la Reina de Jaca-Berdún y Subtramo B: Berdún-Fago (límite provincial Huesca-Zaragoza).
Asimismo, se estudiará la necesidad de incluir en estos proyectos de construcción el acondicionamiento, mejora y humanización de los tramos de carretera N-240 que atraviesan las poblaciones comprendidas en esta actuación. Dichos proyectos están destinados a la integración urbana de estos tramos de carretera a su paso por los términos municipales, y servirían de base para pactar con los Ayuntamientos, una vez concluyan las obras, la cesión de la gestión de dichos tramos.