Dialogaron, escucharon y, en algunos casos, también rompieron el silencio y preguntaron. Y es que conocer las historias directamente, en primera persona, de los familiares de los fusilados tras el golpe de estado de 1936, caló entre los cerca de 500 jóvenes que se acercaron ayer hasta el Parque de la Memoria de Sartaguda dentro del VI Encuentro Intergeneracional organizado por el Instituto Navarro de la Memoria, dentro del programa Escuelas con Memoria, por la Paz y la Convivencia. Se trata de la segunda jornada de estas características que acoge el municipio este mes, tras la que hubo el jueves pasado en el frontón debido a la lluvia.
Ayer estuvieron en el encuentro los alumnos y alumnas de Iturrama BHI, IES Mendillorri, Iparralde DBHO y Colegio Larraona, de Pamplona; IES Benjamín, de Tudela; y el IES Marqués de Villena, de Marcilla. Allí, tras una breve bienvenida, se separaron en grupos y se sumergieron de lleno en las diversas historias de la mano de Pilar Ochoa, Ángel Osés, Fermín Arellano, Villar Ochoa, Jaime Esparza, Amaia Corao, Bingen Amadoz, Asun Larreta, Mila Corretgé, Blanca Oria, Maite Segura, Gabriel Martínez, Máximo Martínez, Joseba Gutiérrez, Félix Valerio, Benito Salvatierra e Isabel López.
Tras más de media hora de charla, y después de unos más que merecidos aplausos, la juventud participó en la parte central del espacio memorialista en dos talleres; uno dirigido por la artista Sonia Beroiz en el que, a través del movimiento, plasmaron en papel la huida y el exilio, y otro con Taxio Ardanaz centrado en las artes plásticas.
Visita guiada
Quienes no estuvieron en alguna de estas actividades, se decantaron por una de las novedades de la jornada: una visita por el Parque de la Memoria que se encargaron de guiar cuatro estudiantes de entre 21 y 14 años del Grado de Historia y Patrimonio, por un lado, y del Máster de Historia y Memoria, por el otro.
De acuerdo con Naroa Carrasco, Imanol Rodríguez, Haizea Senar y Javier Soroa, aunque ellos apenas vieron este tema en el instituto, creen que ahora los chicos y chicas tienen más nociones sobre el tema. Haizea, por ejemplo, se centró en la represión de las mujeres y aseguraba que “cuando escuchas las historias concretas; que les rapaban el pelo o que les echaban aceite de ricino, es cuando más se les abren los ojos. El hecho de humanizarlo y ponerle nombres e incluso caras a las víctimas hace que empaticen mucho más”. Para ellos “es muy importante que esto se siga estudiando, sobre todo ahora con la deriva que lleva un poco la sociedad y en la que a veces los más vulnerables a las ideas fascistas son gente joven. Hay que pasar página, sí, pero no sin antes haberla leído cien veces porque detrás de todos esos nombres, de esas personas a las que mataron, hubo y hay familias”.
Sobre el escenario
Después, a mediodía, tuvo lugar el acto final en el que el alumnado de los centros cantó e incluso interpretó poemas que habían seleccionado para la ocasión.
Josemi Gastón, director del Instituto Navarro de la Memoria, cerró el acto recordándole a los jóvenes que “espero que los mensajes que os han transmitido os vayan calando y que, en la medida de vuestras posibilidades, colaboréis para que este mundo sea más solidario, equitativo y justo, y donde las desigualdades se vayan eliminando. Seguid formándoos y siendo personas comprometidas, igual que fueron quienes acabaron siendo asesinados y cuyos nombres están en este muro de Sartaguda”.
4.500 jóvenes
La semana pasada fueron 350 chicos y chicas de los institutos Alaitz BHI, de Barañáin; Askatasuna BHI, de Burlada/Burlata; IESO de Aoiz/Agoitz, IES Zizur e Ikastola Paz de Ziganda de Villava/Atarrabia. Entre las seis ediciones celebradas han sido cerca de 4.500 jóvenes navarros y navarras las que han tenido oportunidad de dialogar directamente con familiares de personas represaliadas.