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Caso Aroztegia | “Actuaban como un grupo organizado, estructurado y violento, y eso no es propio de la desobediencia civil”

Los investigadores de la Guardia Civil no entraron a cotejar la legalidad de las obras, sino “cómo imponían su razón”

Concentración de apoyo ayer a los enjuiciados por el caso Aroztegia.Iban Aguinaga

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Los investigadores de la Guardia Civil declararon en la primera sesión del juicio y manifestaron que las siete personas encausadas en el caso Aroztegia formaban parte de un grupo “organizado, estructurado” y que se dedicó a realizar “acciones violentas” a través de coacciones, intimidaciones y amenazas que provocaron la paralización de las obras apenas unos días después de arrancar en abril de 2021.

Los instructores opinaron que los encausados, a los que se acusa de formar un grupo criminal, no podían ampararse en la desobediencia civil, porque actúan con violencia y con acciones que fueron creciendo en número y en gravedad con el paso de los días. “Si se hubieran atado a un árbol, podría tratarse de un acto de desobediencia, pero la forma en la que quieren imponer esa razón es la que supone un delito, porque van a por la maquinaria, a por los trabajadores, les increpan, les amenazas, se ponen delante y además dañan las máquinas. Incluso hay trabajadores que nos manifiestan que han visto a gente con ropa de camuflaje y grabándoles con teleobjetivos”, recordó el instructor del Instituto Armado, que dijo que “justificaban su motivación en que se había anulado la adjudicación de las obras.

Interponer denuncia

Su razón para actuar así es que son ilegales esas obras, y para eso lo que tenían que haber hecho es acudir al cuartel más cercano para interponer una denuncia. Una vez que se nos requiere, nosotros no vamos a valorar la legalidad de las obras, sino unas hechos concretos que se cometen y que se podrían identificar como coacciones. Los guardias también afirmaron que algunos de los maquinistas que trabajaban en las zonas no quisieron denunciar por miedo a represalias y que un encargado de la obra, vecino de Lekároz, denunció amenazas a su familia, una canción que le intimida y la rotura de una valla.