La puesta en marcha del grado de Medicina en la UPNA fue un sueño “largamente acariciado” que se hizo realidad en septiembre de 2019 gracias a la firme apuesta de la propia Universidad, del Gobierno foral y del Departamento de Salud. No era un reto fácil y ahora que acaba de salir del horno la primera promoción del grado, la decana de la Facultad de Salud, Almudena Sánchez y el vicedecano Tomás Belzunegui valoran muy positivamente la implantación y ejecución del esperado grado y sienten que todo el esfuerzo y dedicación ha merecido la pena. Ahora bien, ambos son conscientes de que habrá más desafíos en un grado que cuenta con 400 estudiantes y cerca de 200 docentes.

El vicedecano ha estado en la puesta en marcha del grado de Medicina en la UPNA desde el inicio. “El rector Lafuente (2007-2011) se lo tomó muy en serio pero en esos años no había respaldo político. Fue en la legislatura 2015-2019, con el cambio en el Gobierno, cuando dijeron adelante. El rector Carlosena recibió el encargo de valorar la posibilidad real de poner en marcha el grado ya que tenía el compromiso del Gobierno de financiarlo. El siguiente paso era saber si el Servicio Navarra de Salud-Osasunbidea lo apoyaba. Alfonso dijo literalmente ‘nos tiramos a la piscina si hay agua y el gerente del Hospital dijo que había agua’. Entonces nos lanzamos a contrarreloj. La ANECA nos dio el visto bueno en abril de 2019 y en septiembre comenzaron las clases”, recuerda Belzunegui.

Señas de identidad propias

La UPNA confiaba en tener unos primeros años más sencillos ya que, al ofertar desde hace años el grado de Enfermería, señala Sánchez, “teníamos estructura, equipos y profesionales” para impartir las asignaturas básicas de 1º y buena parte de 2º curso de Medicina. Con lo que no contaban, como nadie, era con la llegada de una pandemia que obligó a la UPNA a finalizar el curso 2019-20 a través de una pantalla. Un contratiempo que se solventó ya partir de septiembre, el alumnado regresó a las aulas. 

Otro de los retos que tenía que afrontar la Universidad era decidir quién iba a impartir las asignaturas clínicas del grado de Medicina, que se dan de 3º en adelante. “Teníamos claro que iba a ser gente que estuviera trabajando en el día a día en su especialidad. Es decir, la asignatura de Cardiología la iba a dar el cardiólogo/a”, afirma Belzunegui, que reconoce que “lo bueno es que lo hemos ido incorporando año a año y eso nos ha ayudado”. Y por su puesto la implicación de los y las profesionales del SNS-O. “Agradecemos cómo se han involucrado, es de quitarse el sombrero. Económicamente no les es rentable y son personas están acostumbrados a la parte asistencial pero no a la docencia”, asegura la decana.

De i a d. Celia Saenz de Miguel, Claudia Uriz Idoate, Mohamed Mandiang Solly, Javier Prados Díaz y Esther Etayo Anguiano. Iñaki Porto

En cuanto al plan de estudios del grado de Medicina, la UPNA planteó un diseño “clásico, pero con señas de identidad propias”. Una de ellas fue la comunicación. “Queremos que nuestro alumnado sean buenos médicos, pero, sobre todo, que sean muy buenos comunicadores. Que no se pierda la humanidad”, afirman.

Otra seña característica es la apuesta por la innovación. “El aprendizaje basado en problemas. todos los cursos tenemos una asignatura que se llama Medicina integrada. Hacemos grupos de cinco estudiantes y tienen que resolver un problema que integra disciplinas que se han trabajado durante el curso”, explica Belzunegui, que añade que en 6º “incorporamos algo muy novedoso, somos la única universidad en hacerlo, y es trabajar la medicina personalizada y de precisión multiprofesional. Estudiantes de Medicina, Ingeniería y Derecho han trabajado de forma conjunta para realizar un proyecto”.

Simulación clínica en el aprendizaje y la evaluación

En este grado también tiene mucha presencia la simulación clínica. “Muchas asignaturas, sobre todo, de 5º y 6º, tienen perfil de simulación. en grupos de pocos estudiantes se trabajan con aparataje e instrumentos avanzados y simulamos distintos escenarios clínicos”, explica Sánchez, que añade que “para evaluar se hace un ECOE (Examen Clínico Objetivo Estructurado) que simula situaciones clínicas reales para valorar las competencias y habilidades de los estudiantes. Empezamos en 3º y en 6º hay una mega ECOE (que se celebra este sábado) para analizar muchas especialidades”.

En lo que respecta a las prácticas, la UPNA las introduce de forma precoz, en 2º curso. “Son muy cortas (15 días en hospitales y 15 en atención primaria) pero les sirven para empaparse del ambiente e interactuar con los profesionales. En 3º ya se realizan prácticas sobre las asignaturas, en 4º no hay y el segundo semestre de 5º es todo prácticas, con rotaciones cortas que les permite conocer hasta ocho especialidades”, explica Sánchez.

Con la primera promoción fuera del horno y la nueva facultad a punto de abrir sus puertas, la UPNA busca afianzar la calidad de un grado que atrae estudiantes excelentes.