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Vecina de Pueyo: “Hemos cogido vasos de agua, hielos y bocadillos para repartir a los pasajeros”

Alrededor de 50 vecinos de Pueyo se han volcado en asistir a los pasajeros y proporcionarles un lugar de descanso en las piscinas

Vecina de Pueyo: “Hemos cogido vasos de agua, hielos y bocadillos para repartir a los pasajeros”Javier Bergasa

El tren con destino Pamplona-Madrid que ha sufrido una avería en la catenaria ha obligado a 177 pasajeros a permanecer en el interior de los vagones durante unas dos horas, detenidos a la altura de Pueyo (Navarra). Las altas temperaturas, que rondaban los 40ºC a esas horas del mediodía, han desatado la alarma entre los vecinos del municipio, que temían que los pasajeros pudieran sufrir un golpe de calor o una deshidratación.

Asuni Iratxeta, vecina de Pueyo, que ha formado parte del amplio grupo de habitantes que han colaborado en atender a los afectados, cuenta que, al percatarse de la situación, “la gente de Pueyo nos hemos organizado y hemos cogido las mesas, las sillas del bar de la piscina y las hamacas, sin importar de quién fueran, para ponerlas a la sombra”, con el fin de que los afectados pudieran refugiarse del calor. 

“La gente de Pueyo nos hemos organizado y hemos cogido las mesas, las sillas del bar de la piscina y las hamacas, sin importar de quién fueran, para ponerlas a la sombra”

Asuni Iratxeta . Vecina de Pueyo

Después, relata, han subido a Zazuga, una sociedad que hay en el pueblo, y han cogido vasos de plástico y hielos “para darles a los pasajeros algo para beber cuando salieran del tren” y evitar que se deshidratasen “después de pasar tanto calor durante tantas horas”. Mientras tanto, otros vecinos se han acercado a Solanoa, un bar, y allí “han cogido barras de pan y embutidos para preparar bocadillos para ellos”. Además, para ayudar al camarero, algunas personas “se han metido en la barra, porque había mucha gente pidiendo y, si no, no llegaba a atender a todos”.

Asimismo, Asuni explica que, cuando les han permitido salir del tren, los pasajeros han intentado contactar con taxis, pero, “al no conseguir transporte para todos, han empezado a caminar bajo el sol con las maletas a cuestas”. Entonces, varios agentes de la Policía Foral han acudido al lugar para trasladar en sus vehículos a los afectados hasta las piscinas, donde les esperaba el pequeño refugio que los vecinos de Pueyo habían preparado para ellos.

Aunque ninguna persona ha resultado afectada por las altas temperaturas, Asuni expone que “había una madre con un bebé muy pequeño, de un mes de edad”. Para evitar que sufriera un golpe de calor, una vecina enfermera ha facilitado el txoko de su casa para proporcionarles a ambas “un lugar fresco”

Gracias a la rápida intervención y al fuerte compromiso de los vecinos y vecinas de Pueyo –un pueblo que, “siempre se vuelca mucho con todo”, tal y como admite Asuni–, el incidente no ha dejado ningún daño personal grave y, para las tres de la tarde, la mayoría de pasajeros estaban descansando en las piscinas.

Unos cien bocadillos

Los vecinos de Pueyo han atendido a los pasajeros del tren averiado, y lo han hecho de todas las maneras. En el bar Solanoa, los vecinos se han puesto manos a la obra y han reunido unas 30 barras de pan para dar de comer a los pasajeros. "Habremos hecho unos cien bocatas, un poco de lo que teníamos: chorizo, mortadela, nocilla para los pequeños...", señalan desde el bar.

Además de los trabajadores habituales del bar de la localidad, se han animado varios vecinos a echar una mano. "Venían axfisiados en el tren, y aunque no han tardado mucho los buses en venir, para ellos habrá sido eterno". Cerca de los 40 grados, hasta el camino a la piscina parecía interminable. "En Pueyo todo está cerca, pero quieras que no, desde donde estaba el tren hasta las piscinas hay un tramo, y más con el calor", añade.