El vicepresidente primero y consejero de Presidencia e Igualdad, Félix Taberna, ha presentado el anteproyecto de la nueva Ley Foral del Voluntariado, que nace con el objetivo de situar a Navarra a la vanguardia del compromiso social.
En palabras del vicepresidente Taberna: “Este anteproyecto se inspira en una enseñanza clásica de Platón: ‘Buscando el bien de nuestros semejantes encontraremos el nuestro’. Esta máxima filosófica impregna y vertebra el espíritu de la ley, al entender que el voluntariado no solo beneficia a quien lo recibe, sino que también transforma a quien lo ejerce y, en última instancia, fortalece los cimientos éticos y comunitarios de toda la sociedad”.
La ley vigente, aprobada en 1998
Cabe recordar que la vigente Ley Foral del Voluntariado fue aprobada en 1998. Desde entonces, la sociedad ha vivido transformaciones profundas, tanto en las formas de participación ciudadana como en la propia concepción del compromiso solidario. Ante esta realidad, el Gobierno de Navarra considera imprescindible renovar y actualizar el marco legal para adecuarlo a las exigencias y realidades del presente.
El anteproyecto ha sido elaborado desde su inicio mediante un proceso de co-creación con los agentes del voluntariado. Surge tras un amplio ejercicio participativo en el que han intervenido entidades de voluntariado, personas voluntarias, administraciones públicas y organizaciones privadas, con la convicción de que las leyes más justas son aquellas que se escriben con la voz y la experiencia de quienes sostienen el tejido comunitario día a día.
Entre los meses de mayo y junio se celebraron cuatro sesiones territoriales en Tudela, Lumbier, Bertiz y Tafalla. Posteriormente, en septiembre, la residencia Fuerte del Príncipe de Pamplona / Iruña acogió tres sesiones temáticas con entidades de voluntariado y una sesión específica con personas voluntarias. En definitiva, el anteproyecto es fruto de un proceso de escucha activa, diálogo y construcción colectiva con los principales actores del voluntariado.
Novedades que transforman el voluntariado en Navarra
El director general de Presidencia, Gobierno Abierto y Relaciones con el Parlamento, Joseba Asiain, ha subrayado que la norma “quiere reconocer todas las formas de compromiso ciudadano y adaptarlas a los nuevos tiempos, en los que la solidaridad también se expresa desde la empresa, la universidad o el entorno digital”.
Entre las principales novedades, destaca la regulación del voluntariado corporativo, entendido como aquel que desarrollan las personas trabajadoras en el marco de su empresa. El texto lo contempla como una expresión de responsabilidad social que, además de reforzar la cohesión interna de las organizaciones, multiplica su impacto positivo en la sociedad. “El voluntariado corporativo demuestra que las empresas también pueden ser agentes de transformación social. Involucrar a plantillas y directivos en proyectos solidarios hace que la cultura de la cooperación penetre en el propio tejido productivo”, ha afirmado Asiain.
Según un estudio realizado por el propio Ejecutivo foral, el 75% de las empresas navarras desconocía qué era el voluntariado corporativo, aunque el 40% ya lo practicaba. Por ello, el anteproyecto prevé impulsar encuentros entre empresas y organizaciones sociales, así como visibilizar experiencias inspiradoras que sirvan de referencia para extender este modelo de colaboración.
El texto dedica también un apartado al voluntariado en el sistema educativo, regulado en los artículos 28 y 29, y promueve programas de colaboración entre universidades, entidades sociales y administraciones públicas. “El voluntariado es una escuela de ciudadanía. Queremos que quienes pasan por la universidad no salgan solo con un título, sino con la conciencia de que el conocimiento tiene sentido cuando se pone al servicio de la comunidad”, ha explicado Asiain, quien ha añadido: “No queremos jóvenes solo competitivos; los queremos comprometidos”.
Escuela de Acción Voluntaria
El anteproyecto refuerza además el carácter inclusivo del voluntariado, reconociendo el derecho de todas las personas a participar con independencia de sus capacidades. Para ello, se contemplan medidas de accesibilidad, acompañamiento y apoyo que garanticen la participación activa de las personas con discapacidad en programas de voluntariado. “Esta ley rompe barreras, contemplando a las personas con discapacidad no como meras receptoras de la acción voluntaria sino también como personas voluntarias. Las personas con discapacidad son agentes de cambio y solidaridad”, ha destacado Asiain.
La formación y el reconocimiento también ocupan un lugar central en el texto. Cada persona voluntaria deberá recibir capacitación específica adaptada a su tarea, y las entidades estarán obligadas a integrar la formación en sus planes de acción. Se establecerá asimismo un sistema oficial de acreditación de competencias adquiridas a través de la experiencia voluntaria y se creará la Escuela de Acción Voluntaria, que coordinará y unificará la oferta formativa del sector.
Otra de las novedades significativas es la incorporación del voluntariado juvenil desde edades tempranas. La futura ley permitirá la participación de jóvenes de entre 12 y 16 años en actividades de voluntariado, siempre que no interfieran en su desarrollo ni en su formación académica.
El anteproyecto regula, además, en sus artículos 8 y 9, los derechos y deberes de las personas voluntarias, garantizando su participación en el diseño, planificación y ejecución de los programas, así como su reconocimiento social e institucional. De este modo, el voluntariado contará con un marco legal que proporciona protección, prestigio y reconocimiento, al tiempo que promueve la responsabilidad y la ética pública.
En el ámbito digital, la norma consolida la creación de la Red Navarra del Voluntariado y da rango jurídico a la plataforma Navarra más voluntaria – Nafarroa, Orotan Lagun, impulsada por el Gobierno de Navarra y gestionada por NASERTIC. Este portal permitirá conectar a las entidades de voluntariado con las personas interesadas en participar en actividades solidarias, institucionalizando así un espacio digital de encuentro y cooperación.
En su conjunto, se trata de una ley adaptada a las necesidades y desafíos del presente, que nace con la voluntad de situar a Navarra a la vanguardia del compromiso social y consolidarla como un territorio referente en humanismo cívico y solidaridad.