Una cámara de una gasolinera situada cerca de la zona de talleres de la estación ferroviaria de Santa Justa captó a Álvaro Prieto subido encima de los vagones del tren en el que este lunes fue localizado sin vida este joven cordobés de 18 años, desaparecido desde el pasado jueves tras salir de fiesta durante la noche por Sevilla.

A falta de que se realice la autopsia al cuerpo, la electrocución cobra fuerza como principal hipótesis para explicar la muerte de Prieto, ya no solo por las marcas que se aprecian en las manos y el cuerpo del cadáver del joven, sino porque las imágenes captadas por esta cámara de seguridad de una gasolinera cercana evidencian que estaba andando sobre el techo de los vagones del convoy en el que fue localizado.

De hecho, según El Mundo, las imágenes mostrarían incluso como el joven se agarra de la catenaria y cae electrocutado entre los dos vagones en los que este jueves fue localizado por un reportero de TVE durante una conexión. El joven podría haber recibido una descarga eléctrica de 3.500 voltios, según revela el primer examen forense citado por este medio.

Prieto, jugador de los juveniles del Córdoba CF, viajó el miércoles 11 de octubre a Sevilla para pasar una noche de fiesta con unos amigos. El jueves por la mañana intentó coger un tren de regreso a Córdoba, pero lo perdió.

Al parecer, no tenía dinero en efectivo ni batería en el móvil para comprar otro billete, por lo que intentó colarse en un AVE con destino a Barcelona y parada en Córdoba. Para ello, saltó las vías, aunque el personal de la estación se dió cuenta, lo interceptó y le impidió subirse al vagón.

Hasta ahora, su última imagen vivo había sido la tomada por las cámaras de Santa Justa saliendo de la estación hacia la avenida de Kansas City, una vía muy larga que es la salida por carretera de Sevilla hacia Córdoba.

    Desde que Álvaro salió de la estación se le pierde el rastro. Al no tener noticias de él sus padres denunciaron el caso a la Policía, que inició una investigación y calificó el caso como una "desaparición inquietante", teniendo en cuenta las circunstancias y el perfil del joven, un buen estudiante sin problemas aparentes. Lo que parecía claro era que no se trataba de una desaparición voluntaria.