Una mujer, C.R.A de 26 años, dedicada al hurto con el método del abrazo fue detenida recientemente en Pamplona. Además, un varón, P. R. de 36 años, es investigado por el mismo delito. Un policía fuera de servicio los interceptó cuando intentaban efectuar otro robo a una persona mayor en el parque de la Taconera.

Las autoridades ya estaban sobre aviso de la actuación de esta pareja debido a una denuncia del 18 de septiembre por el robo de un reloj a un hombre en el barrio pamplonés de Mendebaldea. La víctima pudo dar una descripción de la presunta autora del hurto y, gracias al visionado de las cámaras de seguridad de la zona, difundieron la descripción a las distintas policías para su posible localización.

El pasado 22 de noviembre, un miembro del Grupo de Investigación de la Policía Municipal fuera de servicio observó una situación sospechosa al ver cómo se apeaba una mujer de un vehículo con su conductor a los mandos y el motor en marcha y se acercaba a un señor mayor que paseaba a su perro.

La coincidencia con la descripción del anterior robo hizo que avisase a otros agentes. A la llegada de estos, el conductor intentó abandonar el lugar sin éxito, mientras que los policías uniformados dieron alcance a la detenida, que también intentaba abandonar la zona a pie.

Una vez finalizadas las correspondientes diligencias, se dieron traslado al Juzgado de Guardia junto a la detenida, ordenando su señoría su puesta en libertad hasta la fecha del juicio.

MODUS OPERANDI

El método del abrazo es una técnica de hurto cuyo “modus operandi” consiste en aproximarse a una víctima, normalmente de avanzada edad y no acompañada, que porta objetos de valor en cuello o muñecas. Tratan de embaucarla mediante saludos efusivos, aparentando que le conocen, solicitando información de cualquier tipo o, incluso, ofreciéndoles favores sexuales. Mientras llevan a cabo esta conversación de distracción, las víctimas son sujetadas de manos y brazos, buscando hurtarles collares, pulseras, relojes o cualquier objeto de valor.

Las autoras demuestran gran habilidad para abrir o forzar los cierres de las joyas o relojes. Ello, unido a que la víctima se sienta sorprendida e incómoda por el acercamiento de una desconocida efusivamente, hace que no reparen en que les están sustrayendo los objetos de valor. En ocasiones, no es hasta minutos más tarde cuando echan en falta el objeto y se han dado casos en los que se ha empleado la violencia si la víctima se ha percatado del hurto.

Los delitos se producen en la vía pública y zonas frecuentadas por personas de edad avanzada, como centros de salud, religiosos, residencias de mayores, sociedades de jubilados o zonas de paseo. En otras ocasiones se realiza un pequeño seguimiento a las víctimas, actuando en cercanías del portal y abordándoles cuando van a acceder al domicilio. Se aconseja desconfiar de desconocidos que se nos acerquen invadiendo nuestro espacio personal, sobre todo si se muestran efusivos y cariñosos (no permitir por tanto el contacto físico).

También se recomienda evitar transitar en solitario, hacer ostentación de joyas o relojes de alto valor económico, revisar el estado de los cierres de estos objetos y guardar fotografías de los mismos para que si alguno de ellos es sustraído, se pueda aportar al presentar la denuncia.