Los tres amigos, que eran menores de solo 14 años y que fueron retenidos ilegalmente por dos jóvenes de 20 años y otros siete menores, integrantes de un grupo violento, que les robaron en el centro de Pamplona, han declarado hoy en la vista oral en la Audiencia para aportar su testimonio de cara a la responsabilidad civil que han solicitado y por la que no ha habido acuerdo en esa materia. Sí que ha habido conformidad penal por la que se ha condenado a los dos cabecillas de esa banda violenta, Los Crips, a cuatro años y medio de cárcel.

Ahora, la acusación particular que ejercen reclama 6.000 euros para cada uno de ellos por el daño moral causado a las víctimas mientras que la Fiscalía exige 3.000 euros a cada uno de ellos. De la indemnización que se estipule deben responder los dos condenados este martes en la Audiencia y aquellos menores que sean condenados de los siete que van a ser juzgados en esa jurisdicción.

"Ha habido un antes y un después en nuestra casa. No va solo a ningún lado"

Las víctimas, algunos acompañados de sus padres, han declarado hoy en el juicio que sufrieron "un miedo tremendo" y una gran inseguridad, una percepción que continuó después de los hechos durante cierto tiempo y que ha provocado que desde aquello, hace 14 meses, cambiaran sus rutinas diarias, las de sus familias y les afectara gravemente.

Los tres menores acuden al mismo colegio y dos de ellos afirmaron que ya no se desplazan en villavesa a su centro escolar y tampoco a sus entrenamientos deportivos, sino que les tienen que llevar en coche particular porque tienen temor a quedarse solos o encontrarse con algún acusado. La madre de uno de ellos testificó sobre la afección causada a su hijo que "él me dijo que no sabía si iba a salir de ahí, de esa situación, que no sabía si lo iban a matar. Ahora vive con miedo, no le dejamos solo y va siempre acompañado. En mi casa ha habido un antes y un después de los hechos, vivimos con muchísimo agobio". El menor declaró que el día del suceso "pensaba que me podían matar. Luego he tenido miedo a que me siguieran, me buscaran...". Ahora, se ha instalado una aplicación en el móvil para estar siempre geolocalizado y dispone de un reloj inteligente para poder avisar cuanto antes en caso de que sufra alguna situación de emergencia. "Eso genera mucha angustia", ratificó la madre.

Otro de los menores declaró que su hermana pequeña ha optado por no acercarse ni a Pamplona habida cuenta de lo que le sucedió a él. Este chico, al que amenazó después de lo ocurrido otro menor investigado, dice que ahora es imposible que se desplace solo por la ciudad. "Mis padres están muy preocupados y yo tenía miedo a poder encontrarme a los agresores. No quería ni salir de casa durante un tiempo. De hecho, desde febrero cuando pasó a Sanfermines, no salí". Su padre confirmó que desde entonces su situación ha cambiado del todo. "Era un chaval muy autónomo, que se desplazaba en villavesa, y ahora tenemos que llevarle a todos sitios. No quiero que esto le pase a ningún niño más".

La Fiscalía expresó para justificar su petición de responsabilidad civil que "hay que tener en cuenta que el delito fue grave, que estuvieron casi dos horas privados de libertad y que se trató de una experiencia traumática". La acusación particular certificó que "hechos tan graves como estos ocurran en el centro de la ciudad a las 19.30 horas, a escasos metros del Palacio de Navarra, de la Policía Foral, la realidad es que es algo que da miedo. Y tenemos derecho a ser indemnizados aunque no hayan necesitado acudir al psicólogo o a terapia. El daño causado es claro".