El Tribunal Supremo ha ratificado la condena de 13 años de prisión que se le impuso a un hombre de 34 años y natural de Ghana que violó a una menor de 14 que se había fugado de un centro de acogida. El procesado había recurrido hasta el Alto Tribunal después de que en la Audiencia le impusieran dicha condena y de que fuera ratificada por el TSJN. Se le imponen 3 años por abuso, 10 por violación, así como 17 años de alejamiento y 10.000 euros de indemnización.
El Supremo confirma todos los extremos probados en la sentencia previa y considera que el testimonio de la menor no tiene fisuras ni imprecisiones y que cumple los parámetros de credibilidad, verosimilitud y persistencia en la incriminación. El acusado discutía también el hecho de que hubiera sido conocedor de la edad de la menor, pero el Supremo ratifica, como hicieron los tribunales navarros, que la menor le dijo su edad desde un primer momento, y que además sabía que ella no tenía donde pasar la noche dado que se había escapado del centro.
Abuso y agresión sexual
El acusado se encontró con la menor de forma accidental el 28 de agosto de 2021. Le preguntó qué hacía sola y le ofreció tomar algo o ir a su casa. Ella aceptó ir a la vivienda del procesado, en Pamplona. En el domicilio, ambos estuvieron en la habitación de él hablando sobre “sus vidas”. En un momento dado, el inculpado comenzó a realizar tocamientos de carácter sexual a la joven, que se encontraba tumbada en la cama. Ella le dijo que parase. Posteriormente, el 24 de octubre del mismo año, la menor, que quería fugarse del centro de acogida en el que estaba, contactó telefónicamente con el encausado. Este la recogió en su coche y fueron a su vivienda.
Allí, tras un tiempo en el que ella se durmió, y tras hablar amigablemente, el hombre insistió en mantener relaciones sexuales pese a que la menor le había indicado “de forma clara” que no quería. El procesado hizo caso omiso. Por la fuerza, y aprovechándose de su envergadura, la violó. Como consecuencia de estos hechos, la denunciante presenta diversos indicios de malestar emocional y sintomatología postraumática con síntomas intrusivos y de evitación, así como aumento de los problemas conductuales y problemas relacionados con el consumo de sustancias.
La forense constató que la denunciante presentaba un hematoma vaginal, compatible con su relato de haber sufrido una agresión sexual y no es relevante el hecho de que la joven tardase en declarar en el procedimiento y no desease formular denuncia inicialmente, puesto que al día siguiente de los hechos relató lo sucedido a la Policía Foral.