A prisión sin fianza uno de los detenidos en la antigua ikastola Jaso por agredir a otros dos jóvenes con una botella
El juez destaca la reiteración delictiva del agresor y la extrema violencia de sus actos con "alto potencial lesivo"
El Juzgado de Instrucción número 4 de Pamplona, en labores de guardia, ha enviado a prisión provisional comunicada y sin fianza a un joven de origen argelino y en situación irregular por agredir con una botella en la cara a otro residente en el recinto de la antigua Ikastola Jaso y amenazara de muerte a un tercero que también reside en el lugar. Los hechos ocurrieron sobre las 3.00 horas de la madrugada de este jueves 18 de septiembre, en el edificio abandonado que se ha convertido en un lugar de conflicto permanente.
El auto de prisión recuerda que el encausado agredió con una botella en la cara a otro joven causándole lesiones, en concreto múltiples heridas faciales y fractura de huesos propios y rama mandibular, sin descartar un perjuicio funcional, y se dirigió posteriormente a otro residente que había acudido en auxilio de la víctima. A este le amenazó con matarle si tenía que irse de la habitación y que no le iba a dejar vivir en Pamplona.
El juez entiende que existen en la causa suficientes indicios para considerar responsable al detenido, que se enfrenta a un delito de lesiones con pena superior a dos años. Para ello tiene en cuenta el relato de los testigos y el denunciante ante la Policía, así como el parte de asistencia y el informe del médico forense.
De esta forma, decreta la prisión provisional comunicada teniendo en cuenta "la probabilidad de reiteración que pone de manifiesto la mecánica delictiva que ha motivado su detención. De hecho, dice el juez, que el acusado llega "hasta el punto de que manifiesta no recordar nada de lo sucedido, lo que supone una extrema peligrosidad. Además, entiende relevante para enviarle a prisión "los bienes personales en juego, la extrema violencia de la agresión, en la que usa un instrumento peligroso con un alto potencial lesivo y con el que atacó a la cara de la víctima, el hecho de haberse dirigido con posterioridad al testigo de los hechos y las elevadas posibilidades de eludir la acción de la justicia ante la gravedad de las penas que pudieran imponerle y por su situación irregular.
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