En una economía cada vez más conectada y exigente, el transporte de mercancías y la logística se han convertido en un eje vertebrador del desarrollo industrial y comercial. En Navarra, este sector representa en torno al 4,25% del Producto Interior Bruto (PIB) y sostiene más de 12.000 empleos, afianzándose como pieza clave en una comunidad con fuerte vocación exportadora y un tejido empresarial diverso.
Pero más allá de los datos macroeconómicos, el sector atraviesa una transformación profunda que redefine sus cimientos. A la transición energética y la digitalización se suman retos como la escasez de relevo generacional. Mientras la innovación tecnológica abre nuevas oportunidades, el capital humano se convierte en una de las principales preocupaciones.
En este contexto, la formación y atracción de nuevos perfiles profesionales se convierte en un objetivo prioritario que convive con la puesta en marcha de grandes infraestructuras.
Impulso intermodal
Aunque el transporte por carretera sigue dominando –más del 95% de las mercancías que entran o salen de la Comunidad Foral lo hacen por esta vía–, la apuesta por la intermodalidad comienza a marcar un punto de inflexión. La terminal ferroviaria de Noáin, conectada directamente con los puertos de Bilbao y Barcelona, consolida su posición como enclave estratégico para los tráficos combinados. En 2024, gestionó un total de 369 trenes —una media superior a uno por día—, y su creciente relevancia ha motivado un proceso de modernización enmarcado en el Plan de Mercancías 30. Esta integración logística es clave para avanzar hacia los objetivos europeos de movilidad sostenible y para consolidar a Navarra como nodo logístico de referencia en el Corredor Atlántico-Mediterráneo.
Estas infraestructuras se enmarcan en la Estrategia Logística de Navarra 2018-2028, una hoja de ruta promovida por el Departamento de Desarrollo Económico y Empresarial que busca modernizar el sector, reforzar las conexiones intermodales, ampliar la red de plataformas y avanzar hacia un modelo sostenible. La sostenibilidad, de hecho, ya no es una opción sino una exigencia europea y empresarial.
Marco de inspección
Pero este despliegue estructural y estratégico necesita de un entorno regulado, profesionalizado y justo. El Plan de Inspección de Transportes por Carretera 2025, recientemente presentado por el Ministerio de Transportes al Comité Nacional de Transporte por Carretera, establece las prioridades de control para este año. Entre ellas destacan la lucha contra la morosidad, el cumplimiento de los tiempos de conducción y descanso, la prohibición de que el conductor participe en la carga y descarga, el control de manipulaciones en tacógrafos y limitadores de velocidad, y la vigilancia sobre empresas buzón y operadores no residentes.
También se reforzará la inspección sobre la formación CAP, la gestión profesional del transporte, el respeto a los precios mínimos legales y la legalidad en las autorizaciones y visados. Se prevén más de 56.000 controles, al menos la mitad de ellos en sede empresarial.
El objetivo, según recoge el Plan, es garantizar un sector profesional, eficiente y competitivo, donde se respete la normativa y se proteja a quienes cumplen. En definitiva, se trata de acompañar con medidas concretas un proceso de transformación que va mucho más allá de lo logístico. Navarra apuesta por un modelo que conecte territorios y personas, pero también que genere empleo de calidad, cohesión territorial y oportunidades para el futuro.