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Euskal Herria, plató de cine: viaje por los paisajes que enamoraron a las cámaras

Del flysch de Zumaia a la Selva de Irati, pasando por las calles de Vitoria o los acantilados de Gaztelugatxe, Euskal Herria ha sido testigo privilegiado del rodaje de algunas de las películas más reconocidas del cine reciente

Euskal Herria, plató de cine

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El cine siempre ha tenido algo de viaje. A través de la pantalla descubrimos mundos que, muchas veces, están más cerca de lo que pensamos. En el caso de Euskal Herria, la geografía se convierte en relato: montañas que parecen salidas de una epopeya, costas abruptas que enmarcan leyendas y ciudades modernas capaces de transformarse en cualquier otra urbe del mundo. Esa riqueza de escenarios ha convertido a Euskal Herria en un auténtico plató de cine, capaz de seducir tanto a directores locales como a grandes producciones internacionales.

Con el Zinemaldia como telón de fondo, que un año más y ya van 73 ediciones, vuelve a situar a Donostia en el mapa cinematográfico global, proponemos un recorrido por algunos de los lugares que el cine ha inmortalizado. Una ruta por territorios donde los protagonistas no son los actores ni los guiones, sino los escenarios.

Gipuzkoa: fusión de mar y acantilados

Arrancamos este recorrido cinematográfico en Zumaia, localidad que ha sido uno de los grandes platós del cine vasco contemporáneo y de grandes producciones. Su playa de Itzurun, con los espectaculares flysch y acantilados, ha aparecido tanto en 8 apellidos vascos como en Juego de Tronos, donde se convirtió en Rocadragón junto a San Juan de Gaztelugatxe.

La ermita de San Telmo, también en Zumaia, fue el escenario de una de las escenas más icónicas de la boda de Amaia y Rafa. Muy cerca, en Getaria, con su característico ratón, se rodaron escenas del puerto, mientras que Zarautz sirvió como base logística para el rodaje.

Por último, en Donostia, El mapa que me lleva a ti, de Prime Video, ha paseado el romance por el paseo de La Concha, y películas como Aupa Etxebeste! nos han llevado a exteriores en Hernani o Bergara.

Suspense e historia se citan en Vitoria

Vitoria-Gasteiz es protagonista indiscutible en El silencio de la ciudad blanca, el thriller dirigido por Daniel Calparsoro. El centro histórico se convierte en un auténtico laberinto de tensión: la Plaza de la Virgen Blanca, el Museo de los Faroles, la muralla medieval, la Catedral Vieja y la Casa del Cordón son solo algunas de las localizaciones reconocibles.

La ciudad se transforma en el epicentro de una trama policial marcada por el simbolismo, la arquitectura y el peso de la historia. Cada rincón tiene presencia: la plaza del Arca, la calle Dato, la plaza del Machete o el cementerio de Santa Isabel.

En un registro muy diferente, 20.000 especies de abejas, de Estibaliz Urresola, nos traslada a los alrededores de Llodio. Uno de los paisajes más personales del cine reciente es la subida al santuario de Santa María del Yermo, donde la protagonista encuentra su propio nombre: Lucía.

Bizkaia: dragones, espías y gastronomía

San Juan de Gaztelugatxe, probablemente el enclave más internacionalizado por el cine y la televisión reciente, fue el escenario elegido para representar Rocadragón en la séptima temporada de Juego de Tronos. Aunque digitalmente se añadió un castillo, el lugar es fácilmente reconocible y ya forma parte del imaginario de la saga.

Bilbao también ha sido escenario de superproducciones. En El mundo nunca es suficiente (1999), James Bond se paseó por las inmediaciones del Guggenheim, elevando la ciudad a la categoría de plató internacional.

En un registro más cotidiano, pero igual de cinematográfico, películas comoLa vida padre recorren el Casco Viejo, el Mercado de la Ribera o el restaurante Ataria. Por su parte, Cinco lobitos nos lleva a Mundaka, donde el surf, el mar y la maternidad conviven en un escenario de postal.

Otros rodajes como Los aitas, Marco o El hoyo (rodada en Barakaldo y el BEC) nos recuerdan que también las naves industriales, los colegios de Portugalete o los campus universitarios pueden convertirse en espacios narrativos potentes.

Navarra: bosque, pueblos y desierto

Continuamos este recorrido cinematográfico por Navarra, y arrancamos con el valle de Baztan, donde se rodó El guardián invisible, adaptación cinematográfica de la novela homónima escrita por Dolores Redondo. También allí tuvo lugar el rodaje de Las brujas de Zugarramurdi, así que ponemos rumbo a la localidad, donde es imprescindible acercarse a su famosa cueva, escenario de leyendas sobre akelarres y brujería, que todavía conserva un halo de misterio y superstición.

Cambiamos de valle y continuamos con Irati (Paul Urkijo, 2022). El director gasteiztarra llevó a la gran pantalla una historia basada en la mitología vasca y lo hizo recorriendo distintos rincones del territorio, entre ellos la Selva de Irati, un espectacular hayedo-abetal que está considerado uno de los más grandes y mejor conservados de Europa. 

Una de las localidades de referencia para visitar la Selva de Irati es Otsagabia, donde también se han rodado varias películas, como la afamada Secretos del Corazón, de Montxo Armendáriz. Rodada en 1997, recibió cuatro premios Goya y fue candidata al Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Y del valle de Salazar saltamos al de Roncal para descubrir algunos de los pueblos que aparecieron en Obaba, otro filme de Montxo Armendáriz construido a partir de relatos de Bernardo Atxaga. Coger el coche y recorrer Isaba, Uztarroz y Roncal no defraudará a quienes buscan pueblos llenos de historia y carácter.

Por último, ponemos rumbo al sur para visitar Bardenas Reales. Su peculiar paisaje, con formaciones geológicas formadas por el viento y la lluvia, ha atraído rodajes tan variados como Juego de Tronos, Anacleto, agente secreto; The Counselor; 007 El mundo nunca es suficiente, Acción mutante...

Última parada: Iparralde

Por último, viajamos hasta Hendaia para descubrir una librería con un encanto especial que aparece en la película Nora, de la directora y guionista Lara Izagirre. 

Nora, interpretada por Ane Pikaza, es una joven que se lanza a hacer un road trip sin rumbo por la costa vasca con la idea de llevar las cenizas de su abuelo junto a las de su abuela. En este recorrido, que termina en Hendaia, visita muchas localizaciones como Amorebieta, Urdaibai, Lekeitio... Esta película puede ser la excusa perfecta para copiar la idea y planear una escapada en busca de los mejores escenarios de cine. Porque tal y como hemos visto, la diversidad natural de Euskal Herria nos invita a realizar un viaje de cine que atraviesa fronteras pero comparte una misma identidad visual.