Santander es una ciudad para sentirse en casa, relajarse y disfrutar descubriendo todo su atractivo, su belleza natural, su extraordinaria gastronomía, la calidad humana de los santanderinos, su vibrante vida cultural y su abundante oferta de ocio. Es una ciudad que combina un entorno urbano con lo esencial de Cantabria: playas, paisaje, naturaleza, gastronomía y cultura. El visitante encuentra en Santander muchas ciudades en una: la antigua y la moderna, la tradicional y la cosmopolita.

La ciudad se ordena en torno a un gran puerto natural, utilizado desde antes del Imperio Romano. El entorno paisajístico es privilegiado, con amplios espacios verdes y playas, destacando la zona de Mataleñas, El Sardinero y La Magdalena, donde tuvo su residencia estival Alfonso XIII.

Santander es conocida como una de las ciudades más elegantes y bellas de la costa norte de España, y a sus admirados paisajes y playas se unen, además, rincones y planes con los que la capital cántabra se presenta como una ciudad diferente.

Algunas de las paradas obligatorias durante la visita a la capital cántabra son el Paseo Marítimo del Sardinero, la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, el monumento a los Raqueros o el Faro de Cabo Mayor. Sin embargo, el edificio más concurrido es el Palacio de La Magdalena.

Liébana, entre valles y macizos

Comarca montañosa formada por los valles Valdebaró, Valdeprado, Cillorigo y Cereceda, además de un enclave privilegiado para el turismo rural. Se emplaza entre la Reserva Nacional de Saja y el Parque Nacional de Picos de Europa.

Destaca su rico patrimonio artístico e histórico con rincones como Potes, la iglesia mozárabe de Lebeña, el monasterio románico de Piasca, Mogrovejo con su torre y su casa señorial o el monasterio de Santo Toribio de Liébana, en el que descansa la reliquia del Lignum Crucis.

Este último templo constituye uno de los lugares santos de peregrinación cristiana junto con Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela. Liébana es uno de los destinos vacacionales más afamados de Cantabria. Rodeada por altas montañas, tiene un gran valor paisajístico, y está favorecida por un microclima benévolo.

El Capricho de Gaudí, en Comillas

El edificio fue construido, entre 1883 y 1885, por el arquitecto D. Cristóbal Cascante Colón, según proyecto del arquitecto D. Antonio Gaudí Cornet. El encargo partió de D. Máximo Díaz, concuñado del primer Marqués de Comillas.

Llama la atención su torre minarete y su exterior colorido, donde predominan los tonos verdes con la intención de fusionar el edificio con el paisaje. Su ornamentación incluye referencias a la naturaleza y a la música. Gaudí concibió esta casa como un organismo vivo, por lo que se basó en el recorrido de la luz solar para configurar los espacios.

Comillas registró sus primeros poblamientos en la prehistoria, como prueban las cuevas de La Meaza, con pinturas rupestres paleolíticas de hace 14.000 añosdescubiertas en 1907. También se han hallado yacimientos arqueológicos de un castillo medieval en Peñacastillo.

Teleférico de Fuente Dé

Arranca desde el tramo final del Valle de Liébana, tras pasar Potes. En pleno corazón del Parque Nacional de los Picos de Europa, el Teleférico de Fuente Dé, salva un desnivel de 753 metros, y sitúa al viajero a 1.823 metros de altitud en tan sólo 4 minutos, a una velocidad de 10 m/s. Desde la estación superior el visitante se sobrecogerá por un paisaje de inmensa belleza. Son numerosas las rutas que se pueden efectuar tomando como punto de partida tanto la base como la estación superior de El Cable.

Su origen está relacionado con el sistema utilizado a finales del siglo XIX para trasladar el material de las explotaciones mineras en lo alto de las montañas.