El Parlamento Europeo ha dado la bienvenida este martes a la propuesta de la Comisión Europea para reformar la disciplina fiscal en la Unión Europea y ha coincidido en la necesidad de renovar unas reglas que algunos eurodiputados han tachado de "anticuadas" para adecuarlas al nuevo contexto, aunque también han reclamado algunas correcciones que garanticen cumplimientos y sanciones o tengan más en cuenta la dimensión social.

"Usemos esta propuesta para abrir un nuevo capítulo en nuestra historia", ha señalado el comisario responsable de Relaciones Interinstitucionales, Maros Sefcovic, durante su intervención en el debate sobre las nuevas reglas fiscales con el pleno de la Eurocámara al tiempo que ha invitado a los eurodiputados a "reescribirlo al alimón".

Bruselas presentó su propuesta el pasado 26 de abril, con sendas de gasto individualizadas para cada Estado miembro y objetivos a medio plazo, pero que mantiene algunos parámetros de la actual disciplina, como la obligación de que el déficit no supere el 3% del PIB y la deuda se mantenga por debajo del 60%, lo que a juicio de Sefcovic "representa una solución equilibrada para hacer más eficaces las normas fiscales" al tiempo que permiten una aplicación "más creíble".

"Los retos ahora son bastantes distintos a los de los 90, cuando se diseñó el Pacto de Estabilidad: se ha multiplicado la deuda y también las inversiones", ha explicado el comisario, quien ha explicado que el Ejecutivo comunitario busca una reducción "gradual firme" de la deuda y un crecimiento "inclusivo y sostenible" a través de inversiones y reformas que favorezcan las transiciones verde y digital.

El eslovaco ha destacado que un acuerdo sobre un nuevo marco de normas fiscales "interesa a todos", aunque ha apremiado a aprovechar el "poco tiempo" que resta para su adopción, pues los Veintisiete esperan que el trabajo legislativo culmine antes de que acabe el año y la Comisión confía en poder lograrlo.

A ese "poco tiempo" ha aludido también el eurodiputado Markus Ferber, de los 'populares' europeos, quien ha criticado lo ajustado del calendario con el que pretende trabajar Bruselas y aunque ha reconocido la necesidad de una reforma, ha acusado las "grandes diferencias" que separan tanto a grupos políticos como a países en lo que respecta a la aplicación del texto ya que, a su juicio, el pacto fiscal "nunca ha tenido un problema de flexibilidad sino de aplicación" por lo que ha instado a hacerlo "más restrictivo".

De igual modo, Johan van Overtveldt, del grupo de extrema derecha de los Conservadores y Reformistas europeos, ha apuntado que "un Estado que no respeta las normas casi nunca recibe sanciones, particularmente si es uno de los grandes" y ha agregado que la propuesta de Bruselas tampoco prevé "grandes intervenciones", por lo que ha pedido "velar por disciplina de los Estados miembro que más gastan".

"La propuesta era necesaria y urgente porque el mundo ha cambiado", ha incidido la eurodiputada liberal Stéphanie Yon-Courtin, quien ha abogado por mayores inversiones para alcanzar los objetivos comunes de las transiciones verde y digital, además de subrayar la necesidad de unas normas comunes para garantizar la Unión monetaria y que las finanzas sean sostenibles. "No solo en antiguos tarros hacemos las mejores mermeladas; las normas que teníamos no eran adecuadas", ha apostillado.

Por su lado, el socialista Pedro Marques ha reconocido que su grupo ve la propuesta de la Comisión como una respuesta "constructiva" y un "paso en la buena dirección", pero ha lamentado que algunos retos como la dimensión social hayan quedado "a pie de página", por lo que ha recordado que "la economía no es matemática pura" y que el marco fiscal debe ayudar a dar "resultados sostenibles a nivel social".

En términos similares se ha expresado el copresidente de los Verdes, Philippe Lamberts, quien ha reprobado que la racionalidad y la austeridad hayan sido hasta ahora las "guardianas" de la "buena gestión" en aras del "sacrificio y la austeridad" y ha criticado unas bases de reducción de deuda y déficit "sin base científica" antes de pedir que la deuda pública contribuya "a luchar contra la emergencia climática y a crear sociedades más justas".

"La propuesta parte de tres premisas equivocadas que hay que corregir porque no cambia el planteamiento de las normas de coordinación fiscal dentro de la UE ni el de las cifras sin fundamento económico", ha subrayado el eurodiputado del grupo de extrema derecha Identidad y Democracia Marco Zanni, quien ha advertido de que la reforma da también "demasiado poder a la Comisión a la hora de definir las políticas de un gobierno".

Por último, el eurodiputado del grupo de la izquierda europea Jose Gusmao ha tildado las anteriores normas de "anticuadas", mientras que ha afirmado que la nueva propuesta de la Comisión tampoco garantiza la protección de las inversiones verde y digital ni da mecanismos de flexibilidad, sino al contrario, porque crea un "régimen de rescate permanente" y ha advertido de que se pretende poner a los técnicos por encima de los gobiernos nacionales democráticamente elegidos.