La periodista francesa Ariane Lavrilleux se encuentra bajo arresto en París en una investigación abierta por la violación de secretos de Estado en relación con una filtración de una cooperación de Francia, que suministró medios de espionaje a Egipto utilizados supuestamente para una campaña de ejecuciones arbitrarias.

Reporteros sin Fronteras (RSF), que participa en la organización este miércoles de una concentración en apoyo de Lavrilleux en la plaza de la República de París, reclama la puesta en libertad de la periodista, del medio de investigación Disclose.

En un comunicado, RSF considera que su detención y el registro de su domicilio por parte de la Dirección General de la Seguridad Interior (DGSI) suponen "un grave ataque al principio del secreto de las fuentes". Lavrilleux está investigada por comprometer secretos de Estado y revelar informaciones que pueden conducir a la identificación de agentes secretos.

Para RSF, la posibilidad legal de pasar por encima del principio del secreto de las fuentes en nombre del interés público "debe aplicarse de forma estrictamente proporcionada".

OPERACIÓN SIRLI

La investigación judicial abierta por la Fiscalía en julio de 2022 es consecuencia de las informaciones que había publicado Disclose el año anterior sobre la llamada 'Operación Sirli', basada en los "varios cientos de documentos" clasificados como secreto de defensa que le había transmitido una fuente que el medio no identificó.

Eran notas de la Presidencia francesa, del Ministerio de Defensa y de la Dirección de Información Militar (DRM) sobre las derivas de un acuerdo de cooperación por el que Francia prestó asistencia a Egipto desde febrero para la vigilancia aérea de los 1.200 kilómetros de frontera con Libia, país que estaba en una situación caótica en términos de seguridad.

A la lectura de esas notas, el equipo francés de diez agentes especializados en la captación de imágenes e interceptación de comunicaciones, con ayuda de un avión de reconocimiento, se da cuenta pronto de que sus informaciones son utilizadas por las autoridades egipcias para matar a civiles sospechosos de contrabando, y apenas para luchar contra el terrorismo.

Los agentes franceses lo comunicaron a sus mandos y las más altas instancias francesas estuvieron informadas en los años siguientes, durante la presidencia de François Hollande y luego de Emmanuel Macron (desde 2017) pero mantuvieron la asistencia, según Disclose.