Su principal actividad delictiva era la trata de seres humanos con fines de explotación laboral de ciudadanos extranjeros, en su mayoría ciudadanos senegaleses, captados tanto en su país de origen como en España. Los agentes detectaron la participación de hasta quince empresarios agrícolas de las zonas de la ribera del Ebro en Navarra y Zaragoza, los cuales se prevalían de la mano de obra irregular aportada por el cabecilla de la organización. Más información aquí