La erupción del volcán submarino Fukutoku Okanoba en Japón, que comenzó el 13 de agosto tras 16 años de inactividad, ha provocado la creación de un islote de roca volcánica y ceniza muy cerca de la isla de Iwo Jima, en las islas Ogasawara, y también que hayan emergido una decena de barcos japoneses que se hundieron en esas aguas durante la Segunda Guerra Mundial.

35 años hacía que no se formaba una isla nueva en esta zona por el magma volcánico, pero generalmente estos pequeños terrenos ganados al mar, de poca altura, desaparecen debido a la erosión, que es lo que parece que sucederá con este islote y con los barcos emergidos. De hecho, desde la erupción de agosto la nueva isla ya ha perdido buena parte de su superficie.

Esto sucedió en agosto, pero los barcos se han descubierto ahora gracias al trabajo de reporteros de la cadena de televisión japonesa All-Nippon News, que sobrevolaron el terreno con un avión y observaron los restos de estas embarcaciones emergidas junto a la isla de Iwo Jima.

En esa isla tuvo lugar una dura batalla naval entre febrero y marzo de 1945, en la Segunda Guerra Mundial, entre la marina del ejército imperial de Japón y la flota marítima de Estados Unidos, que buscaba controlar el país nipón. En la conocida como batalla de Iwo Jima se enfrentaron 100.000 soldados estadounidenses con 20.000 japoneses, con triunfo de los primeros pese a las decenas de miles de bajas que sufrieron.

Tras esa victoria, el Ejército estadounidense intentó crear un puerto en ese isla para intentar avanzar hacia zonas más pobladas de Japón, y para ello habría ideado hundir 24 cargueros nipones capturados para así crear un rompeolas, aunque el puerto nunca llegó a concluirse.

Dado que Japón cuenta con 110 volcanes activos, que provocan numerosos cambios en el paisaje de las islas, no se prevé recuperar los restos de los barcos emergidos, sino que se dejará que la naturaleza siga su curso y los devuelva al fondo del mar.