Pocos personajes a lo largo de la historia han marcado tanto a sus protagonistas como Carrie Bradshaw a Sarah Jessica Parker. Quizá Ally McBeal a Calista Flockhart, o Harry Potter (por supuesto) a Daniel Radcliffe. Pero con la diferencia total, eso sí, de que la protagonista de Sexo en Nueva York y su actriz intérprete siempre han jugado a ser la misma persona. En la ficción y en la realidad. En las míticas conversaciones con Samantha, Charlotte y Miranda; o en las seis veces que Parker pisó un escenario entre 1998 y 2004 para recoger cuatro Globos de Oro y dos premios Emmy. Porque la mítica serie de la plataforma HBO le llegó a la actriz nacida en Ohio, por muy urbanita que se considere, en el momento que más lo necesitaba: cuando su carrera cinematográfica hacía aguas.

Su último papel recordado, pre-era Sex and the city, fue una grotesca interpretación en Mars Attacks! (1995), filme para el que Tim Burton la contrató como reportera frívola que terminaba diseccionada por los alienígenas. Pero tres años más tarde su mala racha cambió. La ficción creada por Darren Star pronto se transformó en un incontestable éxito internacional y sus cuatro protagonistas -Kim Cattrall, Kristin Davis, Cynthia Nixon y la propia Parker-, se convirtieron en las chicas del momento. Sarah Jessica, incluso, en icono internacional de moda, título que todavía salvaguarda en la actualidad.

Sin duda, todo un reconocimiento para una niña de infancia terriblemente humilde que con tan solo ocho años comenzó a destacar en clases de ballet y a los 14 debutó en Broadway encarnando a la mismísima Annie. Mucho antes de protagonizar un romance con el actor Robert Downey Jr, de enamorarse de John F. Kennedy Jr., o de encontrar la estabilidad junto a Matthew Broderick, su marido. Con él lleva casada desde 1997 y tiene tres hijos: James Wilkie y las gemelas Marion Loretta y Tabitha Hodge. Como ven, todo nombres compuestos y pomposos. El mismo estilo al que ha sido fiel desde finales de los 90. Es decir, desde que ejerce mitad Carrie, mitad Sarah Jessica, cuando no existían redes sociales ni Instagram, pero sí marcaba tendencia mundial con esos looks y diseños de Oscar de la Renta, Nina Ricci, y los zapatos Manolo Blahnik.

Ahora, recién cumplidos los 55 años -el pasado 25 de marzo-, dice encontrarse en su "mejor momento". Ejerce como imagen de la marca italiana Intimissimmi, y como empresaria posee su propia tienda online (SIP Collection). El único punto negro es su nefasta relación con Cynthia Nixon.

Afirman las malas lenguas que no pueden ni verse. Y lo cierto es que su querida Miranda le ha declarado la guerra vía Facebook. Una enemistad rabiosa que de momento ha impedido lo que muchos fans llevan lustros reclamando. La tercera película de Sexo en Nueva York.