Hace unos meses que empezó a correr como la pólvora el rumor de una inminente separación entre la princesa Charlene de Mónaco y su esposo, el príncipe soberano Alberto II de Mónaco. La razón venía avalada, sobre todo, por la prolongada estancia de la princesa Charlene en su Sudáfrica natal. Pero después de casi tres meses separada de sus hijos, los príncipes Jaime y Gabriela, y de su marido, Charlene por fin se ha reunido con su familia y ha acallado todos los rumores que había sobre un posible divorcio, dentro y fuera de la realeza monegasca.

Están juntos de nuevo. Los cuatro. Así lo ha desvelado la exnadadora sudafricana a través de sus redes sociales, donde ha compartido varias imágenes del esperadísimo reencuentro con su marido y los mellizos, a los que no veía desde el pasado mayo.

La princesa ha acompañado su post en instagram con mensajes cariñosos hacia su familia, a los que asegura, echaba mucho de menos. “Estoy muy emocionada de tener a mi familia de vuelta conmigo”. Charlene también le dedica a su hija, la pequeña Gabriela, unas palabras que desenmascaran la gran personalidad de su peinado, con un flequillo corto y triangular de lo más atrevido. “Gabriela ha decidido cortarse el pelo. Lo siento mi bella, he hecho todo lo posible por arreglarlo”, zanja la princesa en su publicación de Instagram.

Rumores acallados

La princesa Charlene viajó a Sudáfrica para ponerse un implante dental, operación que se complicó y acabó derivando en una grave infección de oídos, nariz y garganta. Debido al riesgo de coger un vuelo con los síntomas que presentaba, la estancia en su país se alargó más de lo previsto e, incluso, se perdió la celebración del décimo aniversario de boda con su marido, el príncipe Alberto.

Sin embargo, la prensa alemana cree que la publicación de la princesa y la visita a Sudáfrica de su familia solo se trata de una cortina de humo para tapar la separación definitiva de los príncipes de Mónaco. Incluso, la revista Bunte, con fuentes cercanas a la familia real de Mónaco, asegura que el matrimonio lleva separado un tiempo y que Charlene tendría planes de futuro en Johannesburgo.

Con este panorama y las acusaciones constantes, la propia Charlene ha desmentido personalmente las noticias hasta en dos ocasiones y, respecto a su prolongada estancia en Sudáfrica explicó: “La presión de mi oído me impide volar por encima de los 20.000 pies de altura. No puedo coger un avión”, zanjó.