Vecinos de Palm Beach, en Florida manifestaron su preocupación y su abierto rechazo ante la posibilidad de que el presidente Donald Trump resida permanentemente en su club privado de esa ciudad, Mar-a-Lago, una vez que deje la Casa Blanca. Según medios locales, la alcaldesa de Palm Beach, Gail Coniglio, y el Consejo Municipal han recibido manifestaciones por escrito estos últimos días en ese sentido. La última está firmada por un desconocido Comité Palm Beach que no se anda con rodeos: “No queremos que seas nuestro vecino”, afirma la carta. Este mensaje se suma a una petición formal dirigida por un abogado de la zona, Reginal G. Staumbach, quien en nombre de un cliente afirma que Trump perdió su derecho a residir permanentemente en Mar-a-Lago cuando en 1993 llegó a un acuerdo con las autoridades sobre esa propiedad. A cambio de mantener la antigua mansión existente en sus terrenos de 7,2 hectáreas, se le permitió convertirla en un club privado. Entre otras cosas, se acordó que los socios no podían vivir en el club más de un tiempo determinado, afirma el abogado, que alega también razones de seguridad en contra de que Trump se instale de manera permanente en Mar-a-Lago. Según Staumbach, la cerca de Mar-a-Lago está protegida por “ondas radioeléctricas”, que causan “trauma cerebral” y otros problemas de salud, y su cliente ha mostrado “síntomas” de haber estado “expuesto”.