No es el año de Seleta. Al bravo capitán de los Corote no le sale nada en esta edición, y en la décima entrega de 'El Conquistador del Caribe 17' las lágrimas de impotencia afloraron a su rostro. La historia volvió a repetirse y los azules acabaron una vez más como los grandes derrotados. El corpulento Paíno se queda fuera de la aventura y se convierte en el séptimo concursante que pierde el equipo azul. El representante de los Cocorote no logró vencer en el duelo que disputó con Maialen, del equipo verde, al conseguir la donostiarra llegar antes al banderín en el juego de los cubos de hielo.

La jornada no había empezado bien para los azules en el juego de inmunidad, pese a su buen desempeño. Más dosis de impotencia. Los rojos lograron remontar en la prueba de los naipes e hicieron un castillo más firme a pesar de que los azules y las verdes se habían puesto por delante al inicio de la prueba. Andrea, la representante de las chicas, incluso tuvo ocasión de escalar en busca del banderín, pero uno de los niveles no dejaba espacio para plantar la zapatilla y el castillo verde se vino abajo.

El veterano Oskar fue el primero en subir por el castillo y coger el premio. El equipo rojo, hundido en previos episodios, por fin pudo sonreír y celebrar su pase al campamento rico. Los Yocahu disfrutarán los próximos días de comida, fuego y descanso. Un verdadero alivio para ellos.

En el otro lado, habrá que ver como afrontan los azules esta nueva derrota y el próximo juego, que es su última oportunidad si no quieren que el equipo prácticamente se extinga. Además llegan refuerzos, aunque no sabemos aún de parte de quién estarán.

En la prueba de eliminación una concentradísima Maialen, con la inestimable ayuda de Andrea, fue capaz de construir una escalera a base de cubos de madera para acceder al banderín de la salvación. Paíno fue un duro hueso de roer, y plantó oposición hasta prácticamente el último segundo. Quizá le faltó arrojo, porque parecía que en un último salto a la desesperada podía haber arrebatado la victoria a su contrincante, aunque al término de la prueba él no lo veía así, sobre todo después del costalazo que se pegó al derrumbarse su columna unos minutos antes. Berako intentó ayudar a su compañero, pero acabó también desesperado por la maldición que parece azotar a los Corocote. Se les ha borrado la sonrisa, pero el concurso da muchas vueltas...