Desde niña supo que le gustaba la interpretación, y en casa sus padres le apoyaron en todo momento. Su aita le llevaba todas las semanas a la Escuela Navarra de Teatro para que pudiera dar rienda suelta a su pasión. También está en el candelero ahora porque es la protagonista femenina de Reyes de la noche, una comedia que Movistar+ estrenará el 14 de mayo. En su mochila hay muchos sueños cumplidos y en su sumario de intenciones otros tantos por alcanzar, uno de ellos dirigir algún día un proyecto audiovisual. Y aunque parezca que la vida de la farándula se mueve siempre por lugares glamourosos, ella echa de menos Tafalla, su lugar de nacimiento.

Lleva mucho tiempo ya en el mundo del artisteo, y de repente está en todos los medios.

Muchísimos años. Con nuestra compañía de teatro fuimos muy precoces. Siendo muy jovencitos, los actores que la componíamos estrenábamos nuestras propias piezas. Llevo en esto la mitad de mi vida.

Y también lleva fuera de Tafalla la mitad de su vida.

Cuando terminé los estudios me fui a Madrid, a la Escuela Superior de Arte Dramático. Era superjovencita cuando abandoné Navarra. Desde entonces vivo aquí y estoy muy contenta, aunque echo mucho de menos a los míos y también a mi ciudad.

¿Por qué interpretación? ¿Qué motivación le llevó a embarcarse en una profesión llena de incertidumbres?

Es apasionante y difícil, muy difícil. No hay un momento concreto en el que decido que quiero ser actriz, simplemente sabía qué era lo que quería ser y mis padres también lo sabían. Yo era muy buena estudiante. Ellos me veían más feliz en un escenario con una historia de ficción que en la propia vida, en la realidad, así que cayó todo por su propio peso.

Pudo cumplir su sueño. Pero, ¿hubo miedos?

Era la única en la familia que iba a entrar en el mundo artístico. Ser actriz para mí era un sueño muy concreto y toda una novedad para los míos. Era un sueño concreto, pero sin forma, no tenía ningún referente cercano que hubiera tomado una decisión de este tipo. En el fondo, era una pasión clara que siempre ha guiado mi vida y que nos pone a ti y a mí en este lugar, hablando de sueños conseguidos y de sueños por conseguir. ¿Difícil? Sí, no hay duda, pero yo tengo mucha fe en esta profesión.

Dicen que dedicarse a la interpretación es un bonito camino de rosas con todas sus espinas.

Ja, ja, ja€ Sí, no siempre es un camino poético. Claro que es un camino difícil, hace falta mucha perseverancia y mucha fe. Nunca termina la pasión, pero la realidad profesional te tienta muchas veces para que te olvides de por qué querías dedicarte a la interpretación y a la creación. La vida ya es difícil, pero dedicarte a algo que te gusta te la facilita. Interpretar y crear me siguen generando una curiosidad que todavía no se acaba; está ahí y me sigue gustando explorar el mundo. Es un escenario inagotable para obtener conocimientos increíbles a través de tu arte.

En La virgen de agosto

Siempre me ha encantado el proceso de escritura. Esa película la escribí con Jonás Trueba y fue una gran experiencia. Es un texto divertido, íntimo, personal€ Disfruté creando y también disfruté interpretando. Que llegara a los premios César fue realmente increíble y también inesperado. Un gran premio a todo el esfuerzo realizado.

¿Es difícil ponerse a escribir con otra persona?

Es un proceso complejo y profundo. Siempre he dicho que escribir es un acto íntimo. Cuando te atreves a escribir y a pensar con otra persona hace falta también un conocimiento mutuo muy profundo del que tienes al lado, lo bonito y lo no tan bonito de la otra persona. Una no se va a vivir una aventura de este tipo con cualquiera. Ha sido muy interesante escribir con Jonás. Sabía que iba a rodar la película y que iba a estar al otro lado de la cámara, y para mí ha sido un privilegio poder seguir escribiendo el guion mientras rodábamos.

¿Escribir un guion mientras rodaban?

Sí. Parece raro, ¿verdad? Pues no. La virgen de agosto era un guion muy poroso, muy abierto, muy vivo€ Si algo tiene esta película es que se percibe vibrante y viva. Eso tiene que ver con que los escritores de esta historia estábamos a un lado y al otro de la cámara. Esa situación nos permitía pensar en la historia mientras la rodábamos.

¿Es más fácil ser la protagonista de una historia que ha creado usted misma que en otra en la que el guion está firmado por manos diferentes?

No lo sé, pero sí que es diferente. Lo bonito de interpretar algo que tú has escrito es que tienes un conocimiento más profundo del mundo y de la sensibilidad que estás proponiendo y tratando de desplegar. La interpretación es un poco la punta del iceberg, pero en el fondo escribir es interpretar, porque tú estás imaginando que pudieras interpretar todos los personajes de la película. De alguna forma, cuando escribes ya llegas al rodaje con un conocimiento más profundo y más global.

Cuando crea conoce el más allá de los personajes, pero ¿qué ocurre cuando el creador es ajeno a usted?

Que me meto de lleno en el personaje. Detrás hay un equipo que ha confiado en mí y me ha entregado la historia de una mujer para que pueda meterme en todo su esqueleto, para desarrollar todos sus matices€ Esa confianza me hace sentir cómoda, relajada. Siento complicidad con el personaje que se me ha encomendado.

Eva es la protagonista de La virgen de agosto

La edad, el momento vital, las ganas de mejorar. Para escribir ese papel es cierto que yo pasé por un tránsito parecido. Durante un verano que pasé en Madrid me estuve replanteando la vida que quería tener, me planteé que la vida que había tenido hasta entonces no era la que quería seguir construyendo. Fue un momento de reseteo vital, igual que le pasa a la protagonista de La virgen de agosto.

A veces hacer un reseteo vital da miedo y al final dices eso de: Virgencita, virgencita que me quede como estoy

Sí, claro, se te pasa por la cabeza quedarte igual. Para hacer ese reseteo hay que tener valentía y creo que Eva se atreve a vivir esas dudas y todas las incertidumbres que le plantea el momento en el que se encuentra.

¿Es usted valiente?

No sé si tanto como Eva. Creo que en las películas somos mejores que en la vida real. Pero es cierto que tiene cosas de mí: la mirada, las ganas de encontrar ciertos azares que le llenen, que le gusten las fiestas de verano, y esa actitud un poco solar ante la vida. Esto es lo que creo que comparto con ella.

¿Ha conseguido tener la vida que perseguía?

Lo intento. No es algo que se consiga ya, pero sí algo que hay que preguntarse día a día. Trabajo a diario para tener la vida que me gustaría tener. Soy de las que se replantean la vida a diario. Intento que mi vida no me duerma, que no se me escape la vida hacia caminos que no me agradan. No siempre se consigue, pero el intento está ahí. Busco que no se me olviden las cosas importantes y básicas de la vida, porque el modo en el que vivimos no siempre permite tenerlas presentes.

Tiene pendiente de estrenar Reyes de la noche con Movistar+.

Es una comedia increíblemente divertida. Habla de la radio de finales del 80 y principios de los 90 y yo hago a un personaje muy interesante, Marga Laforet, una periodista de raza. Entra en un mundo que es muy de hombres, un universo con mucha testosterona. Para mí, este es uno de los personajes más fuertes que he tenido nunca y también es un paso más, porque me adentro en la comedia, un lugar en el que siempre había soñado estar.

¿No había hecho nunca comedia?

He tenido pequeñas experiencia en comedia, pero esta es una a lo grande en un género que me resulta muy interesante. Para hacer buena comedia hay que tocar muchas claves. Además, he estado trabajando al lado de reyes de la comedia, como son Javier Gutiérrez o Miki Esparbè.

También ha estado en una de las series más publicitadas, Dime quién soy

Fue una de las grandes apuestas de la plataforma y siguió un orden cronológico de grabación milagroso. Terminó el rodaje poco antes de la pandemia. Fue una experiencia muy compleja, muy rica para un actor, y para mí excepcional. Parte de la grabación se hizo en Madrid y parte en Budapest. Tuvo un elenco internacional de muchos países. Trabajar al lado de Irene Escolar fue una maravilla. Dime quién soy es lo que se llama una superproducción. El personaje que hacía en esa serie era muy diferente al que tengo en Reyes de la noche.

Se supone que cambiar de perfiles es algo que gusta mucho en su profesión.

No te lo puedes ni imaginar. Que te permitan dar vida a mujeres muy diferentes y de épocas distintas es algo que sabe a gloria. Hacía el personaje de Edurne, la amiga de la protagonista. Fue un personaje muy candoroso y me encantó hacerlo. Cuando vi el resultado me quedé muy satisfecha, me vi muy transformada, era una mujer tierna. La experiencia fue intensa e interesante, pero hay que decirlo todo, es un personaje pequeñito.

Con Javier Gutiérrez ya había coincidido en Vergüenza

Esa también fue una entrada pequeña en la comedia. Lo que pasa es que era algo más que comedia.

Un poco amarga, ¿no?

Pero maravillosa. A mí me fueron rescatando para las tres temporadas, me fueron haciendo hueco y estuve encantada. Javi (Gutiérrez) me pareció una maravilla, verle trabajar es un espectáculo, ¡qué bien lo hace, Señor! Cuando lo conoces de cerca te que quedas con la boca abierta. Tiene la mayor capacidad de trabajo que he conocido nunca. Es un portento y hace muy llamativo todo lo que trabaja.

¿Tiene algo nuevo ahora mientras espera los estrenos?

Continuar con una película que empezamos Jonás y yo en Navidad y la retomamos ahora. También tengo otro rodaje en Grecia€

¡Qué suerte! Puede viajar.

Ja, ja, ja€ Es verdad. Pero también es trabajo. Van a ser meses muy intensos. No me puedo quejar, el año pasado, tan triste, y este, que no está siendo fácil, tengo trabajo como actriz. Eso es algo que me está salvando mucho. Poder vivir otros mundos en una situación como esta resulta maravilloso, y también poder seguir diciendo que la vida es posible. Me da mucha energía.

¿Soñaba con la que lleva ahora?

Nunca sabes hasta dónde vas a llegar o qué va a pasar. Por mucho que sueñes, hay que ser realista. Hace poco me acordaba cuando mi aita me llevaba desde Tafalla a Pamplona a la Escuela Navarra de Teatro una vez a la semana. Tenía trece o catorce años, le miraba y pensaba: Pero qué tío más majo. En casa me han apoyado mucho. Creo que de alguna manera sabía ya entonces que me iba a dedicar a esto.

¿Reza para no perder la fe?

¿Si soñaba con algo en concreto? Supongo, pero intento no pensar en la forma, porque si lo haces te frustras. Hay muchas formas de vivir esta profesión y pienso que he experimentado numerosas de ellas. Aspiro a seguir experimentando. No sé rezar, pero si tuviera que hacerlo por algo, lo haría por no perder el encantamiento que me produce esta profesión, no perder la ilusión, y mucho menos la fe en una vorágine laboral que puede ser muy salvaje y dura, más con las mujeres. En el fondo sí que soñaba con sentir lo que siento cuando escribo o cuando actúo. Me siento igual que cuando mi aita me llevaba a clases de teatro a los trece años. Sé que esto es lo mío.

Diríamos que los suyos fueron unos padres enrollados con sus sueños...

Ja, ja, ja€ De verdad que sí. Me pongo en su lugar y pienso que me debería dar bastante miedo. Les vendí la moto y ellos la compraron sin dudar. Yo era una niña muy responsable. Tuve la sagacidad suficiente para convencerles en el momento adecuado. Supieron ver que era mi manera de ser feliz.

¿Qué valora en estos momentos?

La amistad. Siempre he sido de mucho trabajar, pero he descubierto el placer de quedar con amigas, de estar con otras mujeres y compartir con ellas muchos pensamientos. Me gusta pasear y estar con la gente de mi entorno.

PERSONAL

Edad: 35 años (20 de agosto de 1985).

Lugar de nacimiento: Tafalla (Navarra).

Formación: Estudió Interpretación en la Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid.

Trayectoria: Tras terminar sus estudios formó una compañía de teatro con compañeros de la Escuela de Arte Dramático. Esta experiencia le dio tablas para interpretar, escribir y dirigir. Ha participado en películas como El acantilado, Diecisiete y La virgen de agosto. En esta última también se encargó de la escritura de la historia junto al director Jonás Trueba. Tiene en marcha otros dos rodajes, uno de ellos en Grecia. Ha trabajado en distintas series de televisión: Eva y kolegas, 14 de abril. La República, El don de Alba, Vergüenza, Alta mar, Dime quién soy y Reyes de la noche, serie en la que da vida a Marga Laforet, el principal personaje femenino.