Kilimanjaro. El mismo nombre es un misterio envuelto en las nubes y en sus nieves perpetuas. Puede significar montaña luminosa, montaña grandiosa o montaña caravana. O bien puede que signifique cualquier otra cosa. La gente del lugar, los Wachagga, ni siquier tienen un nombre para el macizo completo, solo Kipoo (ahora Kibo), para su familiar pico nevado que se alza majestuoso, como vigilante del continente, la cumbre de África.

Por cualquier nombre que se le denomine, Kilimanjaro es una metáfora para la convincente belleza de África oriental. Cuando lo vea comprenderá por qué. Alzándose en aislamiento absoluto, con sus 5.895 metros, el Kilimanjaro se convierte en la montaña más alta del continente africano y una de las cumbres más accesibles del mundo, un faro que atrae a visitantes y montañeros de todo el planeta.

Tras dos intentos fallidos por el alemán Hans Meyer, los primeros en hoyar la cima de esta mítica montaña fueron el austríaco Ludwig Purtscheller y el guía chagga Yohana Lauwo, el 6 de octubre de 1889. Actualmente, la ascensión al Kilimanjaro es un reto que tratan de superar miles de personas cada año.

Belleza paisajística Naturtrek te propone una de las aventuras más auténticas que aún pueden vivirse en suelo africano, La ascensión al Kilimanjaro, la montaña de las nieves perpetuas. Para la ascensión a la cumbre por cualquiera de sus principales rutas (Marangu; Machame; Shira; Rongai o Lemosho) se necesita una buena preparación tanto física como mental -a pesar de no requerir de conocimientos técnicos en montaña-, ya que se trata de la cuarta montaña mas exigente del mundo en cuanto a desnivel, después de Everest, Aconcagua y M Kinley. El desnivel de casi 5.000 metros que deberemos superar en los cinco o seis días de ascenso nos obliga a subir un desnivel medio de 1.000 metros diarios. La principal dificultad es la adaptación a la altitud para superar el “mal de altura”.

Durante nuestra ascensión podremos disfrutar de muy diversos ecosistemas provocados por el enorme tamaño del macizo y su cercanía al océano Índico. Iniciaremos por la selva tropical y continuaremos por páramos alpinos, desierto y sabana hasta culminar entre glaciares. Todo el esfuerzo realizado será recompensado al llegar a Uhuru, la cima del techo de África.

Un complemento perfecto al trekking de ascensión al Kilimanjaro es realizar unos días de safari para difrutar de las legendarias llanuras del Serengeti, que cada año son recorridas por un millón de ñues, 200.000 cebras, 300.000 gacelas Thomson en su peregrinaje y éxodo hacia los pastos verdes transformados por las lluvias. Además de su abundancia de leones y leopardos.- N.G.