Un gran número de personas sufren de falta de sueño a nivel mundial. Esto supone un gran problema que afecta tanto a la salud física como mental. El número de horas que una persona debe dormir varían según la edad.

Los expertos aseguran que no dormir de manera adecuada supone una epidemia mundial porque afecta al 45% de la población, independientemente de la edad de las personas. Es por eso, que un estudio reciente reveló que los jóvenes no recuperan la falta de horas de sueño de manera inmediata.

El experimento consistió en analizar a 13 personas jóvenes que durmieron un 30% menos de lo que necesitaban por diez noches consecutivas. Estos no recuperaron al completo la mayor parte de su procesamiento cognitivo hasta después de una semana.

"Los tiempos de reacción mejoraron durante siete días y volvieron a los niveles iniciales, mientras que otras tareas cognitivas, incluida la precisión, no se recuperaron por completo", afirmó un especialista en medicina del sueño, quien no participó en las investigación.

El estudio demostró que existen dos áreas que no se restauran de manera rápida: la memoria y la velocidad del procesamiento mental. Es por eso que los médicos piden a las personas que es importante nunca llegar a tener una deuda de sueño.

El déficit de sueño también afecta al cerebro ya que este último, mientras la persona duerme sin interrupciones, absorbe nuevas habilidades, crea recuerdos clave y repara el cuerpo del desgaste del día.

Saltarse el sueño o una falta crónica del mismo puede afectar la capacidad de una persona para prestar atención e incluso para resolver problemas.

Mediante el estudio se descubrió que una persona que se mantiene despierta durante 18 horas ve afectada su capacidad de conducir, igual que cuando hay alcohol en sangre.

Por lo tanto, no dormir lo suficiente supone un problema de salud pública porque incluso puede causar presión alta, debilitar el sistema inmunológico y causa depresión.

¿Qué se puede hacer?

Hay dos maneras de asegurarnos una buena salud: priorizar el sueño e intentar dormir al menos siete horas por la noche.

En el caso de que no se pueda dormir las horas necesarias, es bueno tener en cuenta que se necesitan de unos días para estar recuperados. Además, no se debe esperar tener un buen estado de ánimo a la mañana siguiente.

Otros consejos para mejorar el sueño son llevar una dieta equilibrada, no beber alcohol de manera habitual, estar mentalmente activo, realizar deporte con frecuencia y mantener buenos niveles de colesterol.

Y como último apunte, los médicos sugieren poner en práctica lo que ellos llaman higiene del sueño. Esto consiste en crear una rutina para dormir que sirva para relajarse; y evitar dispositivos emisores de luz azul (televisión y móvil inteligente) una o dos horas antes de acostarse.