La negociación de los Presupuestos Generales del Estado ha reabierto el debate sobre la armonización fiscal entre comunidades y, con él, han regresado las críticas al régimen foral. Nuevamente de la mano de Ciudadanos, el partido más beligerante con la autonomía tributaria de Navarra, y que ha vuelto a poner el foco en sistema foral para reclamar la derogación de lo que considera "un privilegio". "¿Quieren establecer un marco fiscal común? Muy bien. Negocien ese marco con sus socios; convénzanles de que renuncien a los privilegios", reclamó ayer Luis Garicano, jefe de la delegación de Ciudadanos en el Parlamento Europeo y responsable de su política económica.

La polémica llega después de que el Gobierno de Pedro Sánchez acordara con ERC analizar la tributación de las distintas comunidades para evitar "dumping fiscal""dumping fiscal", una competencia desleal que acaba provocando una subasta a la baja de los principales impuestos, sobre todo los que gravan la fortuna, como el Impuesto de Patrimonio o el de Sucesiones. Una propuesta que apunta directamente a Madrid, que aprovechando el efecto capitalidad ha reducido la tributación de las rentas altas y los grandes patrimonios hasta el mínimo posible en la última década, lastrando así la recaudación de las comunidades vecinas.

La propuesta ha despertado la crítica furibunda de la derecha en Madrid, que lo considera un ataque a su "libertad" y que acusa a Pedro Sánchez de ceder ante los independentistas. Aunque en realidad es algo que viene de lejos. El ministro del PP, Cristóbal Montoro, ya planteó algo similar hace algunos años. Al igual que otros dirigentes del PSOE en Andalucía y, más recientemente, en la Comunidad Valenciana.#Incluso el presidente gallego, Alberto Núñez-Feijóo (PP), se ha mostrado partidario de establecer "una horquilla" que fije máximos y mínimos en la que se puedan mover las comunidades.

Una crítica recurrente que vuelve a primera línea

La polémica sin embargo está servida, y poner a Navarra en el centro del debate. La llega de Inés Arrimadas ha devuelto además el protagonismo a los dirigentes más liberales que, como Garicano, siempre han tenido al régimen foral en el punto de miraen el punto de mira. "Claro que hay desequilibrio en la financiación autonómica. Claro que esto implica una situación de desigualdad muy injusta entre los españoles. Claro que hay dumping fiscal. Navarra y País Vasco son las únicas CCAA que tienen potestad para limitar el impuesto de sociedades con el objetivo de atraer inversiones", denunció ayer en un artículo en El Español. En el que asegura que "a pesar de la menor presión fiscal, Navarra y País Vasco cuentan con hasta un 80% más de recursos por habitante por encima de la media española".

Las críticas fueron rebatidas ayer por el portavoz del Gobierno de Navarra, Javier Remírez, que denunció este "nuevo ataque" a la foralidad "de dirigentes de partidos que conforman Navarra Suma". Críticas que consideró además "plagadas de inexactitudes y falta de rigor". "Algunos son constitucionalistas a tiempo o artículo parcial", lamentó Remírez, que recordó además que "no es el único ataque estos días por parte de más miembros de la derecha".

El portavoz del Gobierno se refería así, de forma sutil, a las palabras de otro dirigente de Ciudadanos, Francisco Igea, que ante la propuesta del PSOE para "armonizar" los impuestos autonómicos, aseguró que "ha llegado la hora de acabar con el régimen foral". Igea es además vicepresidente de Castilla y León, uno de los territorios más damnificados por la agresiva política tributaria de la Comunidad de Madrid.

Esta dura retórica vuelve a poner en una situación incómoda a UPNsituación incómoda a UPN, aliado con Ciudadanos en la coalición Navarra Suma. Pero también con el PP, que sin ser tan beligerante como los de Arrimadas, también anuncia batalla en esta cuestión. El consejero de Hacienda de Andalucía, por ejemplo, ya ha preguntado si la armonización afecta solo a Madrid o también incluye a las comunidades forales. Y no será el último en salir.