Naciones Unidas, la Unión Europea y Estados Unidos han condenado al unísono la masacre cometida este sábado, en plena conmemoración del día de las Fuerzas Armadas, por las fuerzas de seguridad birmanas, que habrían asesinado al menos a 91 manifestantes en más de 40 ciudades del país durante el transcurso de las nuevas y multitudinarias protestas contra el golpe de Estado propinado por las autoridades militares el mes pasado.

La ONU se ha declarado directamente "horrorizada" por lo que ha descrito como una "pérdida innecesaria de vidas" en medio del "día más sangriento en el país desde la declaración del golpe de Estado". Los militares, ha lamentado, "se han vuelto contra su propia gente".

Estados Unidos se ha sumado a la condena a través de un comunicado de su embajador en Birmania, Thomas Vadja. "En el Día de las Fuerzas Armadas las fuerzas de seguridad están asesinando a civiles desarmados, incluidos niños, las mismas personas que juraron proteger. Este derramamiento de sangre es espantoso. Estas no son las acciones de una fuerza militar o policial profesional", ha asegurado.

Por último, la delegación de la UE en Birmania ha declarado que este sábado "quedará grabado como un día de terror y deshonra". "La matanza de civiles desarmados, incluidos niños, son actos indefendibles. La UE apoya al pueblo de Birmania y pide el fin inmediato de la violencia y el restablecimiento de la democracia", ha hecho saber la misión en su cuenta de Twitter.

Asimismo, el embajador de Reino Unido, Dan Chugg, se ha sumado a las crítica al condenar la acción de las fuerzas de seguridad birmanas, que "se han deshonrado al abrir fuego contra civiles desarmados".

Los 91 fallecidos hasta el momento -- recogidos por el medio local 'Myanmar Now', que cita como fuentes a testigos y manifestantes -- son el equivalente a una tercera parte del total aproximado de 320 fallecidos registrados desde el inicio de las protestas contra el golpe de febrero, hasta este viernes.

Los incidentes han ocurrido en diferentes manifestaciones convocadas en Rangún, Lashio, Mandalay, Meikhtila, Kyaukpadaung y Kyeikhto.

Entre las víctimas mortales habría una niña de 13 años, según las fuentes del Myanmar Now, así como un joven de 21 años, identificado como Chit Bo Nyein, capitán del equipo sub-21 del club de fútbol del Hantharwady United, que recibió un disparo de las fuerzas de seguridad cuando ayudaba en la tetería de su familia en la localidad de Insein, en Rangún, según testigos a DPA.

Además, la Embajada de EEUU ha confirmado en las últimas horas un ataque a tiros contra el Centro Americano de Rangún, sin que por el momento se haya identificado a sus responsables. El ataque no ha dejado víctimas que lamentar.

Promesas de elecciones libres como la realizada este mismo sábado por el comandante en jefe del Ejército birmano, Min Aung Hlaing, contrastan con anuncios como el realizado en la víspera por el canal de noticias estatal MRTV, que advertía a los civiles de que no salieran a las calles hoy porque podrían recibir "un tiro en la cabeza o en la espalda".

Como viene siendo habitual, los manifestantes han exigido la liberación de la líder 'de facto' del país, Aung San Suu Kyi, ahora bajo arresto domiciliario después de la asonada. El Ejército birmano ha denunciado que el partido de la detenida, la Liga Nacional para la Democracia, manipuló el resultado de las elecciones de noviembre de 2020, detonante del golpe. El partido niega las acusaciones y pide a los militares que aporten pruebas de ello.