pamplona - En un despacho inmenso y recién estrenado por Podemos, Ainhoa Aznárez no para de pensar la de utilidades que podrían tener todos esos metros cuadrados para algunas familias con problemas habitacionales. “Esto es demasiado grande”, dice, sorprendida de que incluso tenga ducha propia. Todavía aterrizando en el cargo que le dieron los 26 votos de las fuerzas del cambio, la nueva presidenta del Parlamento tiene claro que es necesario modificar la institución, abrirla y hacerla más accesible para que la ciudadanía la sienta como algo propio y cercano. Su nombramiento es la primera constatación de que el cambio en Navarra ya está aquí, pero llama a la calma de los que puedan estar temerosos porque, “no va a haber ninguna ruptura o revolución”.

La Presidencia del Parlamento foral es uno de los cargos más importantes que ha logrado Podemos. ¿Qué significa para la sigla?

-Los partidos que estamos apostando por el cambio hemos decidido, entre otras cosas, que este puesto sea para Podemos. Podemos confió en mí pero es un cargo de toda la formación y de todos los que votaron por el cambio. Gracias a toda la gente que ha trabajado hoy Podemos estar en esta presidencia. Es el resultado del trabajo de mucha gente.

Es un cargo que requiere mucha seriedad e imparcialidad, ¿están preparados para afrontarlo?

-En cuarenta años hemos roto con la dicotomía de que o está en la presidencia UPN o está el PSN. Irrumpimos en el escenario político y con unos perfiles diversos, una experiencia exquisita y amplia en muchos casos. Creo que en Podemos estamos sobradamente preparadas para ostentar cualquier cargo. Somos personas que también tenemos un perfil euskaldun. Yo me reivindiqué ayer como feminista y republicana también. Es un abanico muy amplio y somos transmisoras de un sentir de mucha ciudadanía de Navarra, desde el norte hasta el sur, de este a oeste y representamos a muchas personas. Otra cosa es que los partidos que hasta ahora han estado ostentando ese poder no quieran perder sus espacios, pero la ciudadanía va cambiando, tratamos de construir otro tipo de políticas y las políticas que se hacen de una manera transversal.

¿Cómo ve la institución?

-Hasta ahora la he visto errática en cuanto a que cuando una organización venía para trabajar en una comisión en temas importantes había demasiados requisitos para acceder. A la vez veo muchas posibilidades de que se haga un Parlamento mucho más social y ocupar tanto espacio que tiene esta Cámara con asambleas de diferentes colectivos, que la gente entre, que participe y que sea de todos.

¿Cómo se hace eso?

-Vamos a darle y aire nuevo y vamos a tratar de que el propio personal del Parlamento nos aporte propuestas sociales y de mejora porque vemos que ellos son el músculo de la casa. Aquí estaremos cuatro años pero la gente que trabaja aquí es la que permanece y es la que hace parlamento. Contaremos con todos porque hemos percibido que hay muchas ganas de colaborar.

El salario del presidente del Parlamento está muy por encima de lo que se fijó Podemos, ¿va a mantenerlo?

-No. Son salarios que distan mucho de la realidad salarial de la inmensa mayoría de navarras y navarros. Me parecen unas cuantías en las que yo me pierdo. En Podemos cuando firmamos que íbamos a estar en listas firmamos un código ético en el que asumimos que nuestro salario va a ser tres veces el SMI (1.800 euros). Dista mucho de lo que voy a ganar yo con lo que han ganado otros presidentes y otras presidentas. No vengo aquí para ganar dinero sino para intentar dar voz a las personas que han estado sin voz en el Parlamento estos años.

Hasta hace poco tenía vetada la entrada...

-Hace tres años que cuando se debatió una moción saqué una bandera republicana y Alberto Catalán me echó para toda la Legislatura. El otro día cuando me lo encontré le dije: “Ahora tengo que venir y vengo por la puerta grande a la Presidencia”. Yo no quisiera ser así, quiero que la gente sin voz reconozca aquí un espacio para su reivindicación y su propuesta, desde la tranquilidad pero que nadie se piense que esto va a ser una revolución. No. La revolución está en la calle, hay que darle un espacio.

Sería cuanto menos curioso ver a una representante de Podemos en coche oficial

-Coche oficial no pretendo utilizar ni tampoco seguridad porque no veo la necesidad. Seguiré con mi vehículo con el que vengo desde Badostáin y por el momento tampoco lo de la seguridad es una prioridad de las mías,. Además ya viví ocho años con escoltas y ya tuve bastante.

¿Se ha convertido Podemos en casta por aceptar este cargo, como dijo UPN?

-Que un partido político que ha estado aquí gobernando 20 años nos diga ahora que somos casta y que utilice esa retórica, bueno... es normal porque han perdido el poder. Ellos han hecho los recortes, las infraestructuras megalómanas e innecesarias, han hecho desaparecer la Can... eso sí que es ser casta, hacer todo sin contar con la ciudadanía. Nosotros planteamos lo contrario.

¿No es la Presidencia un puesto demasiado parado para usted?

-Siempre ha sido un puesto muy institucional y simbólico y parece que la Presidencia iba y venía según invitaciones. Creo que se puede hacer muchísimo, visibilizar el Parlamento como una institución diferente, abierta, social y dando voz a la gente. Se pueden hacer muchísimas cosas, yo no he venido aquí a ser florero de nadie. Hay que dar otra vuelta y estamos en ello para darle sustancia y para pasar de una institución gris a una colorida.

Va a ser la única mujer en la Mesa entre cuatro hombres...

-Me causó una impresión un poco rara. Las decisiones de los partidos son legítimas pero creo que habría que haber un esfuerzo en los partido para visibilizar que hay mujeres muy talentosas y fenomenales. Sé que hay mujeres increíbles en muchos partidos que podrían haberlo hecho muy bien.

¿Qué les han dicho desde el partido en Madrid?

-Nos han llamado porque el salto que ha habido ha sido importante, pero en todo el país. Podemos ha sido clave en muchos gobiernos para darle la vuelta. Tener la capacidad de trabajar aquí, conocer más las instituciones y la gestión, nos va a ayudar para dar el siguiente paso para las generales.

Ha militado muchos años en el PSN, ¿cómo ha acabado una concejal socialista en la Presidencia del Parlamento por Podemos?

-Milité en el PSN porque era un momento también reivindicativo y había que hacerlo. Son procesos. Una persona no nace con un ADN político sino que a veces tienes que ubicarte. A mí me parecía en aquel momento que el PSN era un espacio que recogía mis planteamientos, pero en el transitar vital cambias tu visión o igual también la formación política no refleja lo que yo pretendía. Yo aprendí mucho del PSN pero creo que la manera de pensar, la horizontalidad, la apuesta por la igualdad, el debate y el acuerdo por consenso... es lo que me propició entrar en Podemos y ahora llegar hasta aquí.

¿Cómo se tomaron sus excompañeros de partido el nombramiento?

-Fueron todo enhorabuenas y adelantes.

Ellos se quedaron fuera del reparto de la Mesa, ¿qué le parecieron los movimientos de última hora que hubo en el pleno?

-Es un juego de cada partido. El PSN estaba invitado a la mesa de negociación con las cuatro fuerzas políticas restantes. Ellos decidieron no estar porque no querían compartir mesas con EH Bildu. Lo que pasa que después en el juego político la gente actúa de una manera u otra. Esos juegos de última hora se presuponía que iban a ocurrir porque ya sabemos como se actúa, pero a mí no me gustan porque creo que si las apuestas son comunes hay que seguir adelante con ellas.

Dijo en su discurso que no iban a decepcionar pero proponen en su programa medidas con mucho coste...

-En el discurso dije que no vamos a defraudar aunque seguramente nos vamos a equivocar. Habrá desaciertos, pero si son para mejorar, bienvenidos sean. Por otra parte hay muchas medidas que se pueden tomar que no requieren mucho presupuesto. Primeramente vamos a hacer una auditoría, vamos a ver con qué nos encontramos, qué tenemos en los cajones, qué contratos están ya blindados... todo eso hay que hacerlo pero una vez que se forme el Gobierno.

¿Cómo cree que van a ser estos cuatro años en el Parlamento?

-Creo que van a ser apasionantes porque después de 40 años de presidencias de los dos partidos que han estado hasta ahora en el poder, ahora va a ser diferente y se palpa en la calle y aquí dentro. Hay necesidad de hacer las cosas de otra manera, con otra alegría. Van a a ser apasionantes porque vamos a tener capacidad de legislar, de llegar a acuerdos amplios, que eso es muy importante a la hora de transformar algo.

¿Qué le diría a los grupos que no le apoyaron y que parecen temerosos de lo que pueda hacer?

-Les diría que no tengan miedo, que esto va a seguir igual, no va a haber ninguna ruptura ni revolución. Esto no se va a acabar, Navarra va a seguir siendo una Comunidad Foral y no va a pasar nada. Lo único que vamos a dar una imagen más de pluralidad, un Parlamento lleno de voces diferentes y que todo el mundo tenga su espacio. Vamos a seguir legislando, e intentar que toda la gente sea escuchada y que todas sus necesidades básicas sean cubiertas. Es lo que hay que intentar solventar y solucionar y eso se hace legislando bien para todos y para todas. Nada más, yo no aspiro a ninguna ruptura, para nada.

¿Cuál sería la primera medida que le gustaría poner en marcha desde aquí?

-Abrirlo. En la primera visita al Parlamento pude ver que hay un montón de salan inmensas que podrían utilizar los colectivos de Pamplona. Aquí está muy difícil para conseguir un local para que los colectivos puedan reunirse. Eso creo que hay que articularlo y los grupos que estamos por el cambio creo que lo apoyarán.

Esa medida puede ser polémica porque podría poner en riesgo la seriedad que caracteriza al Parlamento.

-Bueno, aquí también se ha hecho durante mucho tiempo un uso partidista del Parlamento. Yo no planteo hacer un uso partidista sino un uso social. Otra cuestión para abordar pronto sería cambiar de lugar la placa de la Ley de Memoria Histórica que se puso ahí en el pasillo, hay que darle el lugar que merece, un lugar más preferente.

Ha estado en la negociación del programa para el próximo Gobierno, ¿es optimista sobre el acuerdo?

-Sí, porque yo creo que las cuatro fuerzas que apostamos por el cambio, tenemos claro que nuestro objetivo es cambiar el Gobierno y además con una acuerdo programático que tenga vigencia de cuatro años y que se sostenga. Ese es el compromiso y no se puede jugar a dos bandas. Ahora estamos tratando de hacer un programa magnífico para plasmar medidas y acciones muy directas para sacar a muchos navarros que están en emergencia social.

¿Cuál cree que puede ser el principal escollo en la negociación?

-No lo puedo decir porque no participo en las comisiones sectoriales. Supongo que saldrán porque esto es poner sobre la mesa cuatro propuestas de programas que en gran parte son parecidas pero que en lo económico y en infraestructuras habrá que limar muchas cosas. En lo fiscal habrá diferentes opciones pero habrá que limar y trabajar en ello. Como el objetivo final es la investidura de un nuevo Gobierno, yo creo que se trabajará con flexibilidad, serenidad y con calma pero con ganas de tener un programa marco bien asentado.

Una vez cerrado el programa llegará la hora de pensar en la conformación de Gobierno, ¿están por entrar o por quedarse fuera?

-Es un tema que no se puede saber hasta que no se termine con todas las mesas. Lo importante es, antes de pensar en un organigrama de Gobierno, cerrar un buen programa porque va a ser la base del trabajo. Hay que trabajar mucho para que no haya discrepancias sino que haya unión y que seamos flexibles y que sea una apuesta para que la consolidemos. A los que quieren hacer ver que esto va a ser un desgobierno les vamos a dejar claro que no, que esto va a ser algo sólido y que se pueden hacer muchas cosas. Entre las cuatro fuerzas hay más cosas que nos unen que nos separan

Si hubiera un programa sólido ya, ¿estarían por entrar?

-Cuando lleguemos a ese caso, se preguntará a nuestra asamblea qué quiere hacer. Lo vimos en Aranzadi y lo hemos visto en las diferentes localidades en las que se ha entrado a gobernar. No decide ahora el grupo parlamentario sino que lo decide la asamblea.

Pero Ainhoa Aznárez, ¿qué opina?

-No me puedo postular en primer lugar porque ni me lo he planteado. Lo que pienso es que hay que trabajar ese programa lo máximo posible, dejar todo bien atado para que se vea que es posible otra forma de hacer política. Luego, ya veremos. Yo como Ainhoa Aznárez no puedo decidir por mí misma porque yo soy lo que digan las 5.800 personas que están inscritas.

¿Habrá Gobierno antes de San Fermín?

-Desde Podemos creemos que no es una cuestión de tiempos sino de cerrar el mejor programa. Invertiremos el tiempo que se necesite, conscientes de que tenemos una fecha límite que es el 24 de agosto, esperemos que sea antes porque estaría bien de cara a que los agente tóxicos y las presiones afecten lo menos posible. Si se pudiera agilizar estaría bien pero eso dependerá de la marcha y funcionamiento de cada mesa.