pamplona - Ciudadanos Navarra ha comenzado su particular curso político (se trata de una fuerza sin representación en el Parlamento) dedicado a hacer oposición al cambio con las peores herramientas de la vieja política: la mentira y el insulto personal.

La formación antiforalista celebró ayer una rueda de prensa en Pamplona en la que dejó claro que su oposición va a seguir la estela de la derecha de UPN y PP, sólo que con el argumentario menos actualizado. Porque la comparecencia de Carlos Pérez-Nievas, portavoz de la filial de Rivera en Navarra y más que posible cabeza de lista de los naranjas en 2019, sirvió para desempolvar todos los mantras que regionalistas y populares enarbolaban con fiereza allá por 2016, pero que dejaron caer cuando empezaron a aflorar los primeros indicadores socioeconómicos que tumbaron por la vía de los datos los augurios apocalípticos.

De hecho, UPN y PP hace tiempo que se volcaron en una oposición identitaria en vistas a que los datos les ofrecían un escaso margen para hacer oposición seria. Pero bien porque Ciudadanos Navarra llegue tarde o porque no haya actualizado todavía su argumentario, lo cierto es que ayer el falseo de las estadísticas fue el recurso utilizado para tratar de obtener las simpatías electorales que les faltaron para obtener representación en 2015.

Pérez-Nievas aseguró que Barkos es una presidenta “cobarde”, que no ha dado la cara en ninguno de los temas trascendentales de esta Comunidad” y que en definitiva está “escondida en el Palacio de Navarra”; que el Gobierno es incapaz de sostener el crecimiento económico de Navarra; o que en estos años de legislatura no ha habido “ni transparencia, ni claridad ni honestidad”. Acusaciones fácilmente desmontables recurriendo al libro de sesiones del Parlamento o al Instituto Nacional de Estadística (INE). Incluso Pérez-Nievas acusó al actual Gobierno de “haber acabado con el régimen foral”, algo cuando menos llamativo teniendo en cuenta que proviene del único partido que aboga abiertamente por un recorte del autogobierno y las instituciones forales.