pamplona - El único de los ocho reales decretos leyes que tumbó el Congreso, acerca de la regulación del alquiler de vivienda, ha activado las alarmas sobre la relación entre el PSOE y Unidos Podemos, y de paso, sobre la fortaleza de la alianza de las fuerzas políticas de izquierda. La ajustada mayoría que sostiene al Gobierno de Pedro Sánchez dio en el pleno extraordinario de ayer una muestra de buena salud, y al mismo tiempo -y ésta es la paradoja-, un indicio de preocupación. Porque a la vez que se convalidaron siete decretos leyes, algunos de ellos esenciales en el modelo económico que esgrime el Ejecutivo para revertir la época del PP y favorecer el cambio de ciclo, se tumbó uno también crucial en la agenda legislativa de Sánchez.

Tras las votaciones de ayer en el Congreso, se tramitarán como proyectos de ley, y por tanto, con la posibilidad de modificaciones a través de enmiendas, aspectos tan relevantes para el Gobierno como la revalorización de las pensiones, la exención de IRPF en los permisos de paternidad y maternidad o la subida salarial de los funcionarios y de los empleados públicos. En todos estos casos cuajaron amplias mayorías. Pero bastó ese no al decreto del alquiler para que se enciendan las alarmas en los despachos de las direcciones del PSOE y de Unidos Podemos porque el rechazo, el único de la sesión y el primero desde que Sánchez arribó a la Moncloa, se produjo en la votación de una batería de medidas destinadas a regular el alquiler de la vivienda, asunto de envergadura social por el aumento de los precios, desmedido en ciudades como Madrid y Barcelona.

Unidos Podemos, a través de su portavoz, Irene Montero, dejó claro a primera hora de la mañana, antes incluso de que el ministro del ramo, José Luis Ábalos, subiera a la tribuna para defender el decreto, que no lo apoyaría, es más, rechazaba incluso tramitarlo para que continuara la negociación. Su oposición se unía así a las de Ciudadanos, PP o ERC y ensanchaba la horquilla de los noes hasta condenar el proyecto a la derogación.

La principal discrepancia entre la formación morada y el Ejecutivo es la ausencia de herramientas para regular los precios del alquiler en el decreto. En Unidos Podemos quieren que el rechazo al texto sirva como toque de atención para que el PSOE se ponga las pilas, pero sin arriesgar la débil mayoría en la que se sustenta Pedro Sánchez desde que llegó a la Moncloa.

La noticia sentó mal al Gobierno, cuyas fuentes lamentaron la negativa de Unidos Podemos por la “mala imagen” que transmitía el arco parlamentario de la izquierda en un contexto más que sensible por el cambio de gobierno en Andalucía. Una de las fuentes del Gobierno no dudaba en expresar su malestar por comprobar que cualquier negociación puede de repente frustrarse. “Por un pelo de gamba”, ilustraba.

Ahora al Ejecutivo le toca buscar una alternativa con la que poder templar la evolución del alquiler. Ahora bien, en los pasillos del Congreso, la portavoz socialista, Adriana Lastra lanzó una advertencia: “Me gustaría que Podemos fuera consciente de que un real decreto no sale solo con votos del PSOE y de Unidos Podemos, que necesita que lo convaliden otras fuerzas y hay que hablar”. Con todo, tanto en el Gobierno como en Podemos recalcaron que estas desavenencias sobre el alquiler no tienen por qué interferir en las conversaciones sobre el proyecto presupuestario. - D.N.

El Post-it

El PP asume que no habrá anticipo electoral. El PP tiene asumido que Pedro Sánchez no tiene ninguna intención de adelantar las elecciones generales y que, por tanto, prevé agotar la legislatura hasta 2020. “Esta es una legislatura que va a ser larga”, advirtió ayer el secretario general de los populares, Teodoro García Egea. El número dos de la formación conservadora consideró que la convalidación de los reales decretos demuestra que Sánchez “quiere alargar la mayoría de la moción de censura” que le hizo presidente el pasado mes de mayo y que supuso la salida de la política del expresidente Mariano Rajoy.