Bruselas - Todas las instituciones y organizaciones están creando planes de contingencia ante la creciente posibilidad de que se acabe produciendo un brexit duro, o lo que es lo mismo, la salida desordenada del Reino Unido de la UE.

Los comedores escolares acopian comida para seguir sirviendo una dieta correcta a sus alumnos, mientras que el servicio público de salud plantea que sus empleados no vuelvan a casa ante el miedo de atascos. Además, los pensionistas británicos en España podrían no tener garantizada la sanidad pública.

Los planes de contingencia no solo se reducen a los despachos de Bruselas y Londres: desde los supermercados hasta los grandes organismos públicos fundamentales para el funcionamiento diario de un país están haciendo acopio y planes para enfrentarse a algo tan presente pero tan desconocido como es un más que previsible brexit sin acuerdo.

Se ha hablado mucho de la posibilidad de la falta de suministros en los supermercados, a los que se ha recomendado que contraten más seguridad para controlar las aglomeraciones de gente que se podrían reunir en sus establecimientos. También de los simulacros, como el organizado por el Gobierno con camiones, para simular un atasco multitudinario a la entrada de uno de los puertos del Canal de La Mancha. O de la falta de garantías de que haya reservas de algunos tratamientos médicos.

Además de esa posible falta de medicamentos se teme que la situación en el país haga que los propios trabajadores de los hospitales no puedan acudir a sus centros de trabajo. Es por eso que el NHS (Servicio Nacional de Salud británico) ha pedido a médicos, enfermeros, etc., que consideren la posibilidad de quedarse a dormir en sus centros de trabajo en Kent. Se considera también la posibilidad de que los camiones que llevan sus mercancías al Canal de La Mancha pudiesen atascar las vías de comunicación en la zona de Dover durante semanas.

Otro punto muy sensible son los comedores escolares, ya que los niños podrían quedarse sin su habitual comida dentro de su colegio. Es por ello que las diferentes escuelas del país realizan acopio de comida para no vivir falta de suministro a partir del 29 de marzo, fecha de salida del Reino Unido de la UE, sea sin acuerdo o con él.

El departamento de Educación del Gobierno del Reino Unido pide a las escuelas que sean “flexibles” en los “estándares de la comida”, recoge The Guardian, que recuerda que las escuelas británicas deben proporcionar al menos una ración de fruta o verdura por día. Desde el Gobierno se confía en que se mantenga la dieta saludable en caso de que no haya acuerdo, pero la dependencia de la fruta y verdura del continente podría comprometer esta opción.

Asimismo, los acuerdos recíprocos que garantizan el reembolso por parte de la sanidad británica de los medicamentos que necesitan los pensionistas británicos en los países de UE podrían también estar en peligro si el Reino Unido abandona la UE sin acuerdo.

El Servicio de Salud británico ha afirmado que, en caso de no poder garantizarles más la sanidad, su única opción para recibir tratamiento sería volver al Reino Unido para obtenerlo directamente. Eso en el caso de que en el país no haya falta de suministro.

Los pensionistas tienen acceso a este sistema gracias a un certificado que garantiza este derecho en los países de la Unión Europea, así como en los países de la EFA (Islandia, Lietchestein y Noruega) o Suiza. Ahora, el Gobierno ha aclarado que depende de “los Estados miembros” si este certificado sigue siendo válido a partir del 29 de marzo.

Todos estos problemas se resolverían con un acuerdo, pero la situación sigue encallada a escasas ocho semanas para que llegue la fecha de salida del Reino Unido.