pamplona - Como pollos sin cabeza. Así se movieron los miembros del aparato de UPN tras la entrevista de Garicano en la Ser, en la que las declaraciones del responsable económico de Ciudadanos fueron el torpedo que dejó al descubierto la realidad del pacto entre Esparza y Rivera. El primero en responder, así un poco a botepronto, fue el propio presidente de UPN, quien dijo que en el momento en el que Ciudadanos fuese a acometer la eliminación de los derechos históricos se acabaría su alianza con UPN. Fue casi gracioso, teniendo en cuenta que Garicano acababa de afirmar exactamente eso. Pero al margen de reacciones rápidas y casi excusables en un político sin demasiada cintura, Esparza optó por el camino más bravo para enterrar la ola de reacciones contra su formación que se despertó en todos los partidos navarros -también en un oportunísimo PP, para redondear una tarde loca- cuando se conoció que UPN acaba de firmar ir de la mano con los que quieren el final del régimen foral: pasar al ataque. La decisión de UPN fue considerar “una burla” las quejas de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E y también las del PSN, y directamente desautorizar a Luis Garicano.

el pp, contra ciudadanos “La opinión de Garicano no representa la posición de Ciudadanos en este tema, como se ha manifestado en el comunicado hecho público por esta formación”, apuntaban, lo que equivale a afirmar que el cabeza de lista de Ciudadanos para las elecciones europeas -ha negociado personalmente la campaña con Macron-, el responsable del área económica del partido y uno de sus intelectuales no está autorizado para hablar, precisamente, de relaciones económicas. “Lo que nos sirve es lo firmado por el presidente de Ciudadanos y lo aprobado por la dirección de esta formación”, se refugiaba UPN, como si nada hubiese pasado.

Lo que pasa es que en este surrealista episodio el último invitado fue el PP de Ana Beltrán. En un comunicado, también por la tarde, la filial de Casado en Navarra cargaba... contra Ciudadanos, al decir que el PP “no consentirá dudas sobre el régimen foral amparado por la Constitución”. De hecho, Beltrán aseguraba en la nota que las palabras de Garicano -su nuevo socio- “preocupan mucho a los populares navarros”, por tratarse directamente de “un ataque a la foralidad” del que está protegida Navarra por “el acuerdo entre PP y UPN”. - A.I.R.