Pamplona - La estabilidad económica de esta legislatura ha venido de la mano de la estabilidad política. Las cuarto fuerzas que han apoyado al Gobierno se han basado en el acuerdo programático durante los cuatro años de mandato, lo que se ha traducido en la aprobación una reforma fiscal en 2015, varias modificaciones tributarias en los años siguientes y, sobre todo, cuatro presupuestos generales de Navarra. También los últimos, cuando toda la oposición daba por hecha la prorroga por las diferencias internas del cuatripartito que, sin embargo, se ha mantenido unido hasta el final.

Han sido muchas horas de reuniones cruzadas entre el cuatripartito y el Gobierno, entre los consejeros y los portavoces sectoriales para aprobar una política de gastos que ha ido incorporando nuevas medidas conforme avanzada la legislatura. En cada presupuesto se ha incrementado el techo de gasto con respecto al año anterior, pero siempre dentro de los límites fijados por la Ley de Estabilidad Presupuestaria en cuanto a déficit y deuda.

El presupuesto de 2019 ha sido así un 16% superior al de 2015, lo que se traduce en 552 millones más de inversión pública. Un incremento que se ha destinado fundamentalmente a mejorar la situación de los servicios públicos y de sus empleados. Solo en este 2019 se van a destinar 384 millones más que en 2015 a Educación, Salud y Derechos Sociales. En total, las tres áreas suponen el 56,7% del total del presupuesto, la mayor porción planteada en unos presupuestos en Navarra. En 2017 se produjo además otro hito histórico, en la medida en que por primera vez la inversión en Salud superaba los 1.000 millones.

La mejora del gasto público ha venido de la mano de un incremento de la recaudación tributaria, que a finales de 2017 recuperó los importes de ingresos previos a la crisis económica. Algo que, según explicó el consejero de Hacienda, Mikel Aranburu, se ha debido a tres motivos principales: “El acuerdo en torno al Convenio Económico firmado con el Estado a finales de 2017, con unas cuentas más ajustadas a la realidad de Navarra; la buena marcha de la economía, que ha aumentado el empleo, el consumo y los beneficios empresariales; y en tercer lugar, a la reforma fiscal aprobada en 2015 para incrementar los impuestos de forma progresiva y revertir la situación con la que nos encontramos en 2015”. - I.F.