-Muy buenas, muy positivas y esperanzadoras, con la convicción de que vamos a reeditar el gobierno alternativo a la derecha.

¿Piensa que los pamploneses van a darles el aval para otros 4 años?

-Tiene que ser así, porque de lo contrario el desastre para el futuro de Pamplona será total. Espero que los pamploneses sepan valorar el trabajo que se ha hecho en este tiempo.

¿Por qué cree que deben hacerlo?

-Por todo lo que hemos podido poner en marcha tras un cambio histórico en el gobierno municipal, por las nuevas formas de atender las necesidades de la ciudad y por lo que nos falta por hacer. Creo que hay un antes y un después de esa Pamplona de UPN, con una visión muy particular y unos intereses muy claros que desde luego no eran los de la mayoría de la ciudadanía y por lo general de espaldas a la gente. Ahí le hemos dado la vuelta completamente, con una mirada centrada en las necesidades más básicas de la ciudadanía y sobre todo hemos sabido escuchar y atender las demandas procedentes de los barrios.

Enrique Maya ya ha anunciado que si recupera la Alcaldía comenzará por revertir el corredor sostenible de Pío XII o el Plan de Amabilización del Ensanche.

-Me da terror lo que puedan hacer, porque echarían atrás todo lo que hemos avanzado en estos 4 años.

Geroa Bai quedó a escasa diferencia de EH Bildu en 2015, solo 900 sufragios. ¿Le puede pasar factura en esta ocasión el voto útil?

-Aspiro a repetir los resultados de hace cuatro años. Algunas encuestas nos sitúan por encima de lo que logramos entonces, pero es verdad que la referencia de tener una Alcaldía, como sucede en el caso de una presidencia del Gobierno, tiene un efecto aglutinador en el voto.

¿Qué papel puede jugar Geroa Bai la próxima legislatura?

-Dependerá de los resultados que dejen las urnas, pero es muy importante que salga una Geroa Bai fuerte en el Ayuntamiento de Iruña. Somos una garantía de gobernabilidad, de capacidad de llegar a acuerdos y de gestión eficaz.

Tras la experiencia de esta legislatura, ¿qué aspectos deberían ser revisados para garantizar un mejor funcionamiento en el caso de mantener la actual mayoría del cambio?

-A lo mejor habría que analizar la fórmula de composición del gobierno municipal. También creo importante tener una visión más global de la ciudad, pero nos ha faltado tiempo para desarrollar una estrategia a largo plazo. Por eso es tan decisivo disponer de otros 4 años.

Y su formación, ¿qué análisis hace de la labor en estos 4 años de gobierno municipal, donde primero no asumieron concejalías delegadas y luego sí?

-Hemos sido leales desde la misma noche electoral de 2015 cuando conocimos los resultados de Pamplona y absolutamente responsables para darle continuidad al cambio. La decisión primera vino porque entendíamos que era la mejor forma para la gestión del gobierno. Siempre tuvimos claro que íbamos a ser parte de este gobierno, tuviéramos áreas delegadas o no. Hubo fuerzas que abandonaron sus responsabilidades antes de tiempo. Creo que el tiempo nos ha dado la razón.

Al final han podido reconducir los presupuestos después de la expulsión de Aranzadi e I-E en julio de 2018.

-No creo que se tratara de ninguna expulsión. Si los compañeros de gobierno votan en contra de un presupuesto, que es la herramienta fundamental en la acción municipal, son ellos los que se colocan fuera de ese gobierno. Creo que se ha producido una reflexión por parte de Izquierda-Ezquerra, en el sentido de que la responsabilidad que teníamos todas las fuerzas políticas para que esto siguiera adelante no permitía hacer jugadas ni órdagos al gobierno municipal como habían hecho. A Aranzadi todavía le falta un poquito de esa reflexión.

¿En qué medida puede afectar a la continuidad del gobierno actual la fragmentación del voto de izquierdas?

-Puede afectar. Me ha parecido una solución muy poco inteligente que tengan que disputarse los votos entre formaciones con unos márgenes ideológicos tan estrechos. Existe ese riesgo y lo único a lo que se juega es que si no llegan al 5% esos miles votos se quedarán fuera, lo que me parece una auténtica irresponsabilidad.

¿Le ha sorprendido que no encontraran la vía para algún tipo de coalición?

-Claro. Al principio parecía que iban a conseguir algún tipo de alianza. De hecho, cuando entonces me preguntaron al respecto ya dije que me parecía una buena noticia porque la suma daba muchas más garantías de que el gobierno del cambio siguiera hacia adelante.

¿Y que Aranzadi decidiera concurrir a estas elecciones tras anunciar en 2015 que nacía sólo para 4 años?

-Eso sí que ha sido una sorpresa total, porque nos habíamos cansado de escucharles durante toda la legislatura que no iban a repetir y que Aranzadi sólo era una opción para estos 4 años.

¿Piensa que Vox logrará representación en Pamplona?

-Puede ser. Alrededor de Navarra Suma hay una derecha radical que quiere significarse un poco mas y creo que tendrán sus votos. Por eso todavía es menos explicable la división de la izquierda, sabiendo los resultados tan ajustados de hace cuatro años, cuando el cambio fue posible porque Ciudadanos se quedó a las puertas de obtener representación.

En cambio la derecha se presenta bajo una inédita alianza de partidos.

-Lo han hecho por pura necesidad, para recuperar lo que perdieron y que difícilmente van a poder hacer pese a unirse los tres partidos. Es una estrategia para impedir a toda costa que el gobierno del cambio siga adelante. Sólo para eso.

Con los resultados de 2015 podrían recuperar la Alcaldía para Enrique Maya.

-Tendrían mayoría, aunque igual no los votos suficientes para recuperar la Alcaldía.

¿Piensa que la presencia de Vox está condicionando la campaña de Navarra Suma dada la reiteración de los asuntos identitarios y sobre la violencia terrorista?

-Es evidente. Por una parte porque necesitan atraer a ese posible voto que se les va a ir a la extrema derecha. Por otra parte creo realmente que no tienen más argumentos para ir contra el gobierno del cambio. Es como el comodín, con la dureza que supone la utilización de las víctimas y del terrorismo de ETA, con todo el sufrimiento que ha causado. Es bastante ruin.

Sobre los pactos postelectorales, ¿confía en contar con los votos del PSN si se diera el caso y fueran decisivos para mantener el gobierno municipal progresista?

-Espero que no tengamos que esperar a los votos del Partido Socialista, porque en la historia política de Navarra y de Pamplona sus votos siempre, siempre han hecho gobernar a la derecha. No encuentro ahora motivos para que esa postura pueda cambiar.

¿No cree que el “no es no” de Pedro Sánchez tendrá vigencia si depende de los socialistas de Pamplona?

-Como lo de la OTAN, de entrada no. Siempre han buscado excusas en Navarra, diciendo que era diferente.

Su candidata, Maite Esporrín, ha declarado que presentará su candidatura a la Alcaldía, sea cual sean los resultados que obtenga el PSN el 26-M.

-Es una forma de anunciarnos sin complejos y sin vergüenzas que Maya será el alcalde como candidato de la lista más votada.

¿Lo da por hecho?

-Sí, si depende de los socialistas. Por eso me parece tan importante que las personas progresistas y que quieran ver a Pamplona en ese senda del futuro no voten al Partido Socialista porque ese voto servirá casi seguro para una vuelta atrás, al provincianismo que nos ha acompañado en los pasados 20 años.

¿Hasta dónde estaría dispuesto a llegar su formación a la hora de llegar a acuerdos para mantener el gobierno del cambio?

-A todo.

¿Incluso darle los votos a la candidata del PSN para evitar la Alcaldía para el candidato de Navarra Suma?

-Es que con 3 concejales es imposible. Ha sido la propia Maite Esporrín quien ha explicado en los distintos debates de la campaña que no se ve con nadie, con unos por unas cosas y con otros por otras. Parece que aspira a votarse a sí misma y a gobernar en soledad. Es una posición completamente irreal y hace desconfiar. Parece que está buscando un gobierno de Maya.

Si le ofrecieran ser alcaldesa por el veto a Asiron, ¿lo tendría en cuenta?

-Cualquier fórmula será válida para que Enrique Maya no sea el alcalde.

¿Cómo lleva la campaña?

-Está siendo una campaña un poco cansada porque ha estado 5 semanas con escayola y todavía me molesta un poco. Por lo demás está resultando muy intensa, estamos viendo que la gente responde muy bien en los actos en los barrios. Estoy animada viendo los mensajes que recibimos, por la esperanza y la ilusión que percibimos para mantener el gobierno del cambio, por seguir haciendo una Pamplona moderna, sin tensiones, más igualitaria, más humana e innovadora.

¿Van a conseguir movilizar a todo su electorado como sucedió hace 4 años?

-Estamos trabajando muy intensamente para que nadie se quede en casa sin votar. Sólo con que hagamos un pequeño esfuerzo recordando lo que era esta ciudad en 2015, gris y encorsetada, y lo que hemos podido hacer en esta legislatura podremos darnos cuenta de lo mucho que nos jugamos el domingo.

A nivel personal, ¿se juega también mucho en sus segundas elecciones encabezando la candidatura de su formación?

-Al final encabezar una candidatura conlleva una responsabilidad, porque realmente es como un examen. No eres tú la que te pones, sino lo que representa tu formación política, pero es evidente que tiene su parte de exposición.

¿Cuáles son los ejes de su programa electoral con el que aspira a convencer al electorado?

-Son tres ejes prioritarios, sostenibilidad, innovación y progreso social, en los que UPN está trabajando en la línea contraria.

¿Seguiría al frente del área de Seguridad Ciudadana si se diera el caso?

-Ya veremos qué pasa el domingo. No me importaría. Nunca me hubiera imaginado estar al frente de esta área, pero me ha dado la oportunidad de conocer de cerca el trabajo importantísimo que se hace y a muchas personas que se encargan de que los pamploneses tengamos estos niveles de seguridad. Es como un segundo ayuntamiento, que está abierto las 24 horas los 365 días del año para atender las urgencias de la población. Estoy muy orgullosa del trabajo realizado a lo largo de la legislatura para democratizar la Policía Municipal, después de años sometida a jerarquías militarizadas y presiones; y por el modelo de cercanía y proximidad que hemos introducido, cuyo mejor exponente es la Policía Comunitaria que queremos extender a todos los barrios de la ciudad dada la excelente acogida que está teniendo entre los vecinos.

Se acuerda de lo de ‘mucha policía, poca diversión’ que citó algún exsocio del cuatripartito.

-Sí, pero pienso que esa persona (por Armando Cuenca) ha pasado estos 4 años sobre la política con un perfil irresponsable y adolescente.

¿Cuándo va instalarse la zona azul en la Rochapea?

-Cuando tengamos dinero. Fue uno de los proyectos que tuvimos que retrasar por el rechazo presupuestario y que retomaremos de inmediato.

¿Está preocupada ante la inminente entrada en vigor de la nueva ordenanza de movilidad, que no permitirá circular en bici por las aceras?

-Más que preocupada, creo que nos va a costar. Por eso estaba tan empeñada en sacar adelante la unidad de polibicis, porque pienso que van a ser una herramienta clave para informar sobre la ordenanza y garantizar la seguridad vial. Nos queda el compromiso de seguir con el plan de ciclabilidad que permitirá conectar todos los barrios con el centro, teniendo claro que no podemos permitir llevar la política de movilidad por el camino de la confrontación.

Ha planteado la futura gratuidad del transporte público, ¿con lo deficitario que es?

-También son deficitarias la educación y la sanidad públicas. Son servicios públicos que requieren un esfuerzo presupuestario importante. Hay que tener en cuenta que Pamplona se ha comprometido reducir para 2030 un 40% sus emisiones contaminantes. Para eso hay que fomentar el transporte público y una medida seria y viable es hacerlo gratuito, como ya hacen en otras ciudades. Sería algo gradual, claro está, comenzado por ejemplo por los estudiantes. Hay tiempo para estudiar su viabilidad vía tasa o vía impuesto que lo haga posible.