pamplona - El Supremo ha acordado por unanimidad suspender por el momento los planes del Gobierno de exhumar el próximo lunes, día 10, a Franco de la basílica del Valle de los Caídos hasta que dicte sentencia ante el “perjuicio irreversible” que se produciría si acabase dando la razón a los recurrentes. El tribunal paraliza de este modo los planes del Gobierno para evitar una situación “extraordinariamente perjudicial no solo para los recurrentes sino también para el interés público”: que una vez exhumados los restos de Francisco Franco e inhumados en el cementerio de El Pardo-Mingorrubio la sentencia determinara que el dictador debe permanecer en el Valle de los Caídos.

A menos de una semana de que se cumpliese el plazo fijado por el Ejecutivo de Pedro Sánchez para la exhumación, éste es el principal argumento que plasma la sección cuarta de lo Contencioso-Administrativo en un auto en el que estima las medidas cautelares solicitadas por los nietos del dictador, la comunidad benedictina del Valle, la Fundación Francisco Franco y la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos.

La Sala, que alude a Franco como “Jefe de Estado desde el 1 de octubre de 1936 hasta su fallecimiento” y no como dictador, cree que se produciría un “perjuicio irreversible” si la decisión del Gobierno resultase “contraria a Derecho”. “La mera posibilidad de que prosperaran las pretensiones de los recurrentes -argumenta el Supremo- comportaría un muy grave trastorno para los intereses públicos encarnados en el Estado y en sus instituciones constitucionales”.

Además, el tribunal señala que no hay impedimento para resolver “en un plazo razonable” por lo que “los intereses públicos vinculados a la exhumación (...) no se verán afectados por un tiempo prolongado si es que finalmente debieran prosperar”.

En el auto, del que ha sido ponente el magistrado Pablo Lucas, el tribunal no entra en el fondo de los recursos, sino que simplemente accede a las cautelares solicitadas. Hasta el momento, el Supremo había denegado las medidas solicitadas por los recurrentes, por lo que el Ejecutivo había podido seguir adelante con sus planes, pero con esta resolución la exhumación, una de las principales promesas del Ejecutivo, entra en fase de stand by hasta la sentencia.

Tras conocerse la decisión del Supremo, fuentes del Ejecutivo, que no contaba hace un año cuando anunció la pronta ejecución del traslado, con que la familia del dictador fuera a plantear una complicada batalla jurídica para frenar el proceso, manifestaron su convencimiento de que el Alto Tribunal finalmente le dará la razón y acabará permitiendo el traslado de los restos del dictador. Su voluntad era acabar el próximo lunes con este asunto mediante la exhumación del dictador de la basílica de Cuelgamuros y su posterior inhumación en el cementerio de El Pardo-Mingorrubio, una localización que el Gobierno determinó ante el silencio de los familiares a la hora de designar un lugar alternativo a la cripta de la Catedral de La Almudena, en pleno centro de Madrid. Este punto, como muchos otros en este tema, fue objeto de discordia entre el Gobierno y la familia del dictador, que se mostraron satisfechos con la decisión del TS porque “ha puesto en su sitio al Gobierno. También la Fundación Francisco Franco celebró lo que interpreta como un “varapalo” al Ejecutivo.

En su recurso contra el acuerdo del Consejo de Ministros del 15 de marzo que fijaba para el 10 de junio la exhumación, los nietos de Franco incidían en las “vulneraciones de la legalidad ordinaria” que ha cometido el Gobierno y criticaban que el Gobierno eligiera la fórmula del real decreto ley cuando, a su juicio, éste no es un “caso de extraordinaria y urgente necesidad”.

Varios dirigentes políticos criticaron que el Supremo considere al dictador “jefe de Estado desde el 1 de octubre de 1936” pues legitima así el nombramiento de Franco como jefe de Estado por parte de la Junta de Defensa Nacional apenas tres meses después del comienzo de la Guerra Civil, a pesar de que el Gobierno republicano conservó su mandato en la zona leal a la República hasta el final de la contienda. - D.N.