pamplona - Que el bloqueo político apunta a una repetición de las elecciones generales el 10 de noviembre es desde hace semanas una hipótesis creíble. Pero, desde ayer, es además un escenario que nadie se molesta en ocultar o maquillar. A los movimientos más discretos para renovar la Junta Electoral y preparar los debates en los medios de comunicación, se sumó ayer la constatación de que los socialistas han activado su maquinaria electoral aunque se mantenga formalmente el diálogo con Podemos. Pedro Sánchez protagonizó un nuevo acto con estética de mitin donde se rodeó de barones y cargos del partido para escenificar que son todos una piña en torno a la idea de que, si lo que se plantea es una investidura a cualquier precio, es mejor provocar una repetición de las elecciones el 10 de noviembre.

De hecho, RTVE ha licitado ya el contrato de los trabajos de construcción para la implantación de un decorado en previsión de que se produzca una nueva convocatoria electoral. Sánchez reconoció de manera expresa el “riesgo cierto” de elecciones y no cedió en la idea de gobernar en solitario. Protagonizó en Toledo un nuevo acto con estética de mitin, arropado por cientos de cargos para escenificar la unidad de su partido y el apoyo que le brinda para ir a unas elecciones, y fue interrumpido de manera constante por las ovaciones de los presentes. Ni siquiera está garantizado que intente una nueva investidura antes del plazo límite del día 23. No quiere presentarse si Podemos no le garantiza no ya sus votos, sino que le dará estabilidad durante toda la legislatura con un apoyo desde fuera del gobierno. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, arropó a su líder y fue lapidario: “La gente valora que no quieras ser presidente de cualquier manera y a cualquier precio”. Page dijo que el PSOE no quiere elecciones, pero dejó caer que las prefiere si lo que se plantea es una investidura “a cualquier precio”.

aroma electoral El PSOE ha intentado todos estos días que no se extienda la idea de que quiere unas elecciones para reforzar su número de escaños. Pero el de ayer es el segundo acto con aroma electoral en el que participa Sánchez en menos de una semana, tras la presentación del programa. Colocó toda la presión sobre Podemos y no hubo ninguna oferta más. “Tenemos los votos, los escaños, el programa común progresista. Lo único que necesitamos es que Podemos dé un paso al frente y desbloquee”, arengó. Su alusión al riesgo de ir a las elecciones se interpretó por parte del PP como un reconocimiento de que su intención es llamar a las urnas, según le reprochó Pablo Casado desde Galicia, en un acto donde escenificó unidad con Alberto Núñez Feijóo.

Formalmente, se mantiene el diálogo entre los socialistas y Unidas Podemos para desbloquear la situación y que Sánchez repita como presidente español. No se descartó que este fin de semana hubiera intercambio de documentos sobre los cargos que se ofrecen a Podemos en órganos supervisores como la Comisión Nacional del Mercado de Valores, y que a partir de mañana haya más reuniones. Pero la distancia y el fracaso del encuentro del jueves tras casi cinco horas de diálogo de sordos no hace presagiar ningún giro de última hora. El jefe del equipo negociador de Podemos, Pablo Echenique, se expresó también en un tono muy duro y avisó de que su partido no hará otra consulta a la militancia porque ya fue concluyente cuando apostó por un gobierno de coalición. “Que Sánchez no imponga un gobierno inestable. Aquello que negociamos en julio es la mejor idea. Lamentablemente, da la impresión de que el PSOE quiere repetir las elecciones”, defendió.

Ambas partes se centran en armar su discurso y culpar al adversario. “Pablo Iglesias, en un gesto inédito, aceptó dar un paso a un lado y no ser ministro. En el PSOE están buscando escollos porque han decidido que habrá elecciones”, insistió Echenique. Sánchez, por su parte, recalcó: “Si con 151 escaños fuimos capaces de hacer lo que hicimos en doce meses, con 165, ¿qué no podremos hacer? ¿Qué justifica que estemos bloqueados como estamos bloqueados?”, lanzó para pedir a Iglesias “un paso al frente”.

En realidad, no hay tanto tiempo para negociar. El plazo para intentar la investidura acaba el día 23, pero el pacto debería estar listo en una semana, antes del lunes día 16, porque se baraja que el rey convoque a los partidos en esas fechas. - D.N.